El ministro del Interior de Baja Sajonia, Boris Pistorius, en una rueda de prensa en Berlín en diciembre de 2020.BRITTA PEDERSEN (AFP)
Alemania tiene nuevo ministro de Defensa después de la dimisión este lunes de la que fue su titular durante algo más de un año, Christine Lambrecht. El actual ministro del Interior de Baja Sajonia, Boris Pistorius, de 62 años, ha sido el elegido para pilotar uno de los departamentos gubernamentales de mayor calado en plena guerra en Ucrania. El político socialdemócrata, de 62 años, será nombrado por el presidente federal y prestará juramento en el Parlamento el jueves.
“Estoy muy satisfecho de haber nombrado a Boris Pistorius, un destacado político de nuestro país, para el cargo de ministro de Defensa. Pistorius es un político muy versado que tiene experiencia de gestión, lleva años implicado en la política de seguridad y, con su competencia, firmeza y gran corazón, es exactamente la persona adecuada para dirigir la Bundeswehr en este cambio de época”, declaró el canciller, Olaf Scholz.
Pistorius es un histórico del SPD con amplia experiencia en seguridad que antes de ser ministro del Interior y Deporte en Baja Sajonia fue alcalde de Osnabrück. Ha pasado casi una década en su actual cometido, al frente de la policía y los servicios de emergencia de su land. La prensa alemana destaca de él que, a diferencia de los anteriores titulares de Defensa, él sí tiene experiencia directa en el Ejército porque hizo el servicio militar en el cuartel de Steuben, en Achim, a principios de los años ochenta.
Con el nombramiento de Pistorius, el Gabinete de Scholz ya no será paritario, salvo que el canciller aproveche para cambiar a otro de sus ministros. En campaña electoral, el canciller prometió que al menos la mitad de su equipo de Gobierno estaría integrado por mujeres.
Lambrecht anunció su dimisión el lunes como máxima responsable de las Fuerzas Armadas después de varios días de rumores y especulaciones sobre su marcha inminente. La renuncia de Lambrecht se produjo después de una serie de tropiezos que acabaron por convencer a casi todo el mundo, incluso a sus compañeros de partido, de que no era la persona adecuada para estar al frente del Ejército en un momento tan delicado como el actual. Su credibilidad como líder de la Bundeswehr en plena guerra en Ucrania estaba ya demasiado deteriorada.
El relevo en Defensa se produce en pleno cambio de paradigma en la política exterior y de defensa de Alemania y a escasos días de una decisiva reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, el llamado formato Ramstein, en el que se discutirá el envío de carros de combate occidentales al ejército de Kiev. Se trata de la próxima gran decisión que debe tomar el canciller, presionado por sus aliados occidentales para que mande los modernos tanques Leopard 2 de fabricación alemana o al menos para que permita su reexportación desde países que quieren enviarlos, como Polonia y Finlandia.
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Hasta ahora Scholz se ha negado a hacer ambas cosas por el peligro de escalada que supondría ver tanques alemanes enfrentándose a los blindados rusos en el campo de batalla ucranio. Pero su principal argumento, basado en que Berlín no debe actuar en solitario, se ha desmoronado. El Reino Unido confirmó este lunes que va a mandar 14 de sus Challenger, el equivalente del Leopard alemán, a Kiev. Se convertirá así en el primer socio que aporta carros de combate modernos de fabricación occidental al conflicto, la última línea roja que queda por traspasar para los aliados.
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