Daba la sensación de que la Copa nos estaba eclipsando parte del paisaje. Daba la sensación de que la ilusión del respetable por volver a una final seguía contradiciendo las versiones más oficialistas de que la Liga es la que nos da de comer y nos alimenta. Si preguntabas por ahí sobre la conveniencia de hacer rotaciones y dar descansos en Anoeta para afrontar la ida de semifinales frente al Granada, la respuesta mayoritaria salía afirmativa. Si preguntabas por ahí acerca de una eventual preocupación por la racha del Athletic en las últimas semanas en Liga, la respuesta mayoritaria aplazaba la supuesta crisis a la resolución del cruce copero. En otras palabras, da la sensación de que muchos aceptarían sin dudar el trueque de jugar otra final de Copa a cambio de renunciar a emociones más fuertes que un final de campaña discreto en la Liga. Eso parece.
Siendo así, habrá que ser fieles y coherentes con la apuesta. Y si el Athletic toca pelo y se clasifica para La Cartuja quedará inhabilitada de pleno la pataleta por un final de Liga carente de atractivo. Es lo que tiene jugárselo casi todo a una carta, la más exótica y atractiva pero al mismo tiempo la de mayor riesgo.
Garitano
lo reconoce sin tapujos, la Copa nos está complicando la Liga. Como para jugar Europa desde julio con previas y liguilla. Y la Liga, ¿qué?.
Source link