Con 69 años, acababa de regresar de un viaje a Nepal, país en el que apenas había incidencia del coronavirus. Tenía un factor de riesgo, pero tampoco era determinante. El caso es que su neumonía empeoró tan rápidamente que el equipo médico del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia sospechó y guardó muestras cuando finalmente este vecino de la población de l’Eliana falleció el pasado 13 de febrero, hace justo un año.
Esas muestras fueron analizadas 15 días después, una vez el Ministerio de Sanidad cambió el criterio de definición de los casos e instó el 27 de febrero del pasado año a realizar un segundo análisis a fallecidos por neumonía y con afecciones respiratorias graves de origen desconocido. El resultado del análisis fue positivo y el 3 de marzo se dio a conocer que el primero fallecido oficial por covid-19 era esta persona, estimada en su pueblo, como destacaba ayer su alcalde, Salvador Torrent, en declaraciones a RTVE-Comunidad Valenciana. El temor y la incertidumbre se adueñaron de l’Eliana en un momento en que en toda España solo había 150 positivos detectados y 19 en la Comunidad Valenciana.
Entonces aún se hablaba sobre todo de los contagios provocados por el partido de fútbol de la liga europea de campeones en Milán entre el Atalanta y el Valencia CF, aquella “bomba biológica”, en definición posterior de Giorgio Gori, alcalde de Bérgamo, ciudad del equipo italiano y una de las más azotadas por la pandemia.
Frente al estrépito en torno al fútbol, la muerte del hombre de 69 años fue silenciosa, pero revelaba una realidad temible: el virus había entrado en los hospitales con enfermos que no habían sido especialmente aislados porque entonces no era preceptivo y habían estado en contacto con los profesionales sanitarios, con los familiares, con otros pacientes. Como se sospechaba, muchos casos estaban ocultos, señala Salvador Peiró, director de Investigación del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat.
Fue el primer muerto oficial, si bien el primer caso de coronavirus confirmado en España por el Centro Nacional de Microbiología se registró el 31 de enero de 2020: un turista alemán que viajó a La Gomera y que quedó ingresado y aislado en el Hospital Virgen de Guadalupe con cuatro compatriotas.
A principios de marzo, cuando se dio a conocer el fallecimiento aún se contaban con los dedos de la mano los contagios diarios y se convertían en titulares de noticias. Pronto, los contagios se registrarían por miles y las muertes por centenares. La primera ola del coronavirus inundó España, pero no golpeó tanto a la Comunidad Valenciana como a otras autonomías españolas Esta situación que ha cambiado radicalmente en la tercera ola.
En la última semana, uno de cada cinco muertos en España y uno de cada cuatro fallecidos en residencias se han detectado en la Comunidad Valenciana. La incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 777 positivos por cada 100.000 habitantes, la mitad que hace un mes, pero sigue siendo la más elevada de España (540 de media) y se mantiene en riesgo extremo. La multiplicación de contactos sociales durante las Navidades y las fechas previas y la baja seroprevalencia (personas inmunizadas que han pasado la enfermedad) son dos factores, entre otros, que explican ese fatídico cambio de tendencia, según varios expertos.
En el cómputo global de muertos, la Comunidad Valenciana ocupa la undécima posición entre las autonomías, según datos recientes del Ministerio de Sanidad, con 116 por 100.000 habitantes. Castilla-La Mancha (263), Castilla-León (254), Aragón (234), La Rioja (220) y Madrid (196) encabezan este listado.
Desde el primer fallecido de hace un año y hasta los datos de este viernes, han fallecido oficialmente 5.800 personas en la Comunidad Valenciana por covid-19 y 64.217 en España.
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