Aunque los franceses no tienen tal presencia en Burkina Faso, las críticas a los antiguos colonizadores se han extendido por toda la árida región conocida como Sahel, gran parte de la cual ha sido desestabilizada en los últimos años por grupos extremistas que aprovechan los agravios locales.
Muchas personas en Burkina Faso dieron la bienvenida al golpe de enero, con la esperanza de que ayudaría a generar un cambio en una nación que, como varios de sus vecinos, ha sufrido ataques devastadores en los últimos años. Extremistas, vigilantes y soldados han matado a civiles. Casi dos millones de personas han huido de sus hogares y muchas más pasan hambre.
Pero ese cambio de gobierno ha hecho poco para mejorar la situación de seguridad. Este mes, al menos 35 civiles murieron después de que un convoy de vehículos golpeó una bomba al borde de la carretera.
De hecho, bajo el teniente coronel. Damiba, los yihadistas tomaron el control de grandes extensiones nuevas de territorio y bloquearon ciudades clave, dijo Abdul Zanya Salifu, académico de la Universidad de Calgary que se enfoca en el Sahel. Al mismo tiempo, dijo, el hambre, el desplazamiento y el costo de vida han aumentado, mientras que las dificultades económicas y el desempleo continúan, todos los problemas que la nueva administración dijo que abordaría.
“La justificación del golpe de enero ha vuelto para perseguir a los golpistas”, dijo.
Más tarde el viernes por la mañana, la emisora estatal, RTB, volvió al aire, pero no mencionó los eventos de la mañana. En cambio, transmitió una entrevista con un líder musulmán, un historia sobre el cultivo del algodóny un anuncio de un programa de televisión que es la respuesta de Senegal a “Sex and the City”.
Aún así, dijo Natama, esperaría para asegurarse de que el área fuera segura antes de aventurarse a su oficina en otro vecindario.