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Se puede obtener un retrato facial a través del genoma humano

La tecnología es capaz de casi cualquier cosa en la actualidad. Por ejemplo, los smartphone son capaces de aunar tareas que hace escasos años solo se podían realizar con un mínimo de cinco dispositivos diferentes. La comunidad tecnológica avanza a cada hora que pasa hacia un sendero lleno de curiosidades que nos lleva a un rumbo fijo: el futuro. Por eso hemos querido fijarnos en una curiosa investigación por la que se puede obtener una fotografía de cualquiera a través del genoma humano. Increíble ¿verdad?

Una foto desde dentro

Los genomas son como la base de datos de nuestro cuerpo

El mundo de la fotografía ha alcanzado su máximo énfasis con la llegada de las redes sociales. Todo el mundo quiere compartir lo que está haciendo en cada momento convirtiendo Internet en un auténtico álbum de la vida de cada persona. Se pueden hacer fotos de todo tipo: artísticas, naturales, posados, selfies… Pero seguramente nunca hayas podido hacerte una foto desde dentro y a partir de tu propia sangre.

Sí, has leído bien. Las investigaciones del reputado biólogo estadounidense Craig Venter han determinado que puede realizarse un retrato facial de cada persona a través de la secuenciación del genoma humano. Un compuesto conformado por cuatro sustancias fundamentales: guanina, citosina, timidina y adenina. Unos elementos en los que se encuentran todas las características físicas de cada individuo.

Un experimento increíble

«La identificación genómica basada en el fenotipo»

Para poder demostrar este increíble hallazgo, Venter contó con la colaboración de los genes de 45.000 personas con la finalidad de crear una especie de biblioteca en la que los ordenadores tienen una labor fundamental. A través de un pionero programa, el objetivo se basaba en hacer que estos dispositivos «aprendieran» a recrear las caras de cada uno de los voluntarios que se prestaron a la prueba. Un mecanismo que adquiría la información a través de una gigantesca base de datos en la que se encontraba el genoma de cada uno de los individuos.

A la hora de comprobar los resultados, Venter pidió a los voluntarios que intentaran emparejar sus caras por medio de los genes con una fotografía real. Todo un éxito, ya que la tasa de acierto fue de ocho de cada diez. Unas cifras bastante aceptables si contamos con que los voluntarios eran de diferentes etinias. Cabe destacar que este proyecto denominado «identificación genómica basada en el fenotipo» está en plena construcción y la comunidad científica espera grandes resultados y mejores aplicaciones de este asombroso descubrimiento.


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