Las estrellas pueden definirse como esos cuerpos celestes formados por plasma que irradian la luz suficiente para que pueda generarse vida en planetas como el nuestro. Unas inmensas esferas que mantienen su forma gracias a la gravedad y que se han planteado siempre como uno de los puntos del universo más curiosos para la comunidad científica. Adoradas y temidas por las civilizaciones del pasado, las estrellas, en este caso el Sol, siempre ha generado una enorme influencia en nuestra forma de vida. Su luz, su calor y su radiación nos mantiene con vida en un caos de planetas mucho menos afortunados.
Siempre ha existido una curiosidad intrínseca de los seres humanos por las estrellas. Unos luceros espaciales que desde la comunidad científica están investigando a fondo con una finalidad: conseguir una fuente de energía inagotable. Todo un proceso en el que el conocimiento de la fusión nuclear es fundamental y en el que ya se están consiguiendo los primeros resultados.
Un sol en miniatura
Uno de los grandes objetivos de la física radica en generar un sol propio que sea capaz de alimentar energéticamente a toda la población mundial. Una fuente de energía inagotable creada a partir de la fusión nuclear que acabe de una vez por todas con las necesidades energéticas de nuestro planeta. El principal problema para todo esto es que hay que conseguir un material fusionable similar al plasma. Un proceso muy peligroso que implica interponer a compuestos como el hidrógeno a millones de grados de temperatura.
Las cifras pueden alcanzarse, lo que es imposible de conseguir por el momento es encontrar un lugar que aguante esas temperaturas. Por eso desde las investigaciones más destacadas planean utilizar los rayos láser de forma precisa con la finalidad de encerrar el plasma mediante campos magnéticos. Un procedimiento bastante arriesgado que puede mostrar ciertas dosis de estabilidad y por el que muchos científicos se están imponiendo duras críticas.
Primeros avances
Por el momento, las investigaciones en este complejo campo están dando buenos resultados. Es el caso de la Instalación Nacional de Ignición de Estados Unidos, una formación de 192 láseres que puede llegar a generar una potencia de 500 billones de vatios. Incluso en nuestro país vecino, Francia, cuentan con otro de estos dispositivos: el Láser Mégajoule. Un artilugio que última tecnología que puede disparar hasta 240 haces de luz de forma simultánea.
Este tipo de reactores inerciales se plasman como los antídotos perfectos para cualquier tipo de problema que pueda generar proyectos como ITER. Una investigación que dará sus frutos en el año 2025 con la que se planea generar una fuente de energía similar a las estrellas. Sin olvidarnos del polémico proyecto Lockheed Martin. Una firma estadounidense basada en la industria aeroespacial que tiene como objetivo desarrollar un reactor de fusión nuclear compacto. Proyectos y más proyectos que pueden ser tan útiles como peligrosos y de los que iremos desvelando cada vez más datos.
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