Para Bernardo Barranco, “se ve la mano de las asociaciones religiosas” en la iniciativa de reforma de la senadora de Morena, Soledad Luévano. El laicismo debe prevalecer, porque ha costado tres guerras al país.
La iniciativa de reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas propuesta por la senadora de Morena, Soledad Luévano, incluyen una serie de concesiones hacia agrupaciones de culto, y propone un viraje de la defensa de las libertades individuales, para poner un mayor énfasis en las libertades de las agrupaciones de fe, expuso el experto en religión, Bernadro Barranco.
“(Propone) un conjunto de concesiones que se ve la mano de las asociaciones religiosas, y hay una reiteración obsesiva por la libertad y por los derechos, ya no del individuo, que anteriormente era como el centro de la Ley, sino ahora el centro, el sujeto de esta iniciativa son las asociaciones religiosas”, sostuvo Barranco en entrevista para Aristegui en Vivo.
El pasado 11 de diciembre la senadora zacatecana presentó la iniciativa de reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, para que las iglesias tengan acceso a medios de comunicación, que los políticos puedan asistir a actos públicos en templos sin ser amonestados, y que además se puedan realizar actos políticos en los espacios de culto.
“Esta iniciativa quiere vender la idea de que ya pasaron 27 años y que hay que reformar esta Ley con conceptos modernos y actuales, sin embargo, indudablemente es una verdadera regresión porque suprime una de las características básicas de la Ley anterior, que es el sustento en la separación Iglesia-Estado, y lo que plantea es una concepción de laicidad basada en la libertad religiosa y en los derechos humanos”.
Barranco recordó que el tema de la laicidad en México ha sido un tema conflictivo, pues ha motivado tres conflictos bélicos: la Guerra de Reforma con Benito Juárez; la invasión francesa, provocada también por segmentos religiosos; y, por supuesto, la Guerra Cristera.
También enfatizó en la constante tensión que existe entre la agenda pública nacional y la agenda de las instituciones religiosas.