PUERTO PRÍNCIPE, Haití — Una organización religiosa estadounidense de la que 17 miembros fueron secuestrados en Haití hace seis días solicitó el viernes a sus simpatizantes que oren y compartan historias con las familias de las víctimas de cómo su fe les ayudó a transitar períodos difíciles.
El FBI colabora con las autoridades haitianas para rescatar a las 16 personas estadounidenses y una canadiense. Un grupo local de defensa de los derechos humanos señaló que el conductor haitiano de las víctimas también fue secuestrado.
Christian Aid Ministries, con sede en Ohio, emitió un comunicado un día después de que se difundiera un video que mostraba al jefe de la pandilla 400 Mawozo amenazando con asesinar a los secuestrados si sus exigencias no son cumplidas. Funcionarios haitianos han dicho que el grupo delictivo exige un rescate de un millón de dólares por persona, aunque dijeron desconocer si ello incluía a los cinco niños del grupo, de los cuales el más chico tiene 8 meses.
“Ustedes quizá se pregunten por qué nuestros trabajadores escogieron vivir en un contexto difícil y peligroso a pesar de los riesgos evidentes”, señaló la organización. “Antes de partir hacia Haití, nuestros trabajadores, que actualmente son rehenes, manifestaron un deseo de servir fielmente a Dios en Haití”.
“Oremos para que su compromiso con Dios pueda fortalecerse durante esta difícil experiencia”, pidió Christian Aid Ministries.
En la Casa Blanca, la secretaria de prensa Jen Psaki eludió el viernes responder a las preguntas de si el gobierno del presidente Joe Biden consideraría suspender las deportaciones de haitianos a su país o establecer una presencia militar estadounidense en el terreno en respuesta al secuestro de los misioneros.
“Estamos trabajando las 24 horas para traer a estas personas a casa”, agregó. “Son ciudadanos estadounidenses, y en los últimos años ciudadanos estadounidenses han sido blanco en Haití y otros países… de secuestros para pedir rescates. Esa es una de las razones por las que el Departamento de Estado emitió en agosto una advertencia sobre el peligro de sufrir un secuestro a cambio del pago de un rescate”.
Psaki hizo sus declaraciones un día después de que unos 200 manifestantes bloquearan el acceso a un vecindario en la capital de Haití para denunciar el agravamiento de la inseguridad en el país y la falta de combustible atribuida a grupos delictivos. Algunos participantes exigieron la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
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