El llamado cotonet es un pequeño insecto blanco que malogra los cítricos y provoca pérdidas millonarias al deformar el fruto o impedir su crecimiento y comercialización. Para luchar contra este pseudocóccido (el Delelottococcus aberiae) procedente de Sudáfrica, la consejería valenciana de Agricultura adjudicó en febrero, sin concurso público y por la tramitación de emergencia, un contrato a la empresa Bayer Crop Science por un importe de 3,9 millones de euros para el suministro de un innovador producto fitosanitario contra la plaga de este año en la Comunidad Valenciana. En 2021, el departamento de la Generalitat ya hizo lo mismo pero por 2,2 millones. En total, 6,2 millones de euros en 13 meses en sendos procedimientos negociados sin publicidad.
En ambos casos, este tipo de contratación directa se motivó por “la situación catastrófica que está ocasionando esta plaga en determinadas zonas citrícolas de la Comunitat Valenciana, así como por el grave peligro que podría suponer una repetición de esta situación catastrófica en la próxima campaña”. Y se justificó por la “necesidad de actuación inmediata ante el riesgo de que se produzca un grave impacto económico, medioambiental y social”, según recoge el contrato público, al que ha tenido acceso este diario a través del portal de Transparencia.
La adjudicación directa de Bayer responde a que es la única distribuidora de este método biológico basado en el uso de trampas para captar al macho del cotonet con feromonas sexuales (sustancias químicas secretadas por los seres vivos) y piretrinas (compuestos naturales con propiedades de insecticida), según explica el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Toni Quintana. La tramitación excepcional se explica por la urgencia de la actuación, debido a que la solución biológica se ha de aplicar ya y en un periodo que no exceda la autorización extraordinaria de 120 días del Ministerio de Agricultura, apunta el responsable. “Si lo sacáramos por el procedimiento ordinario, seguiríamos contratando a Bayer porque es la única en el mundo que tiene este tipo de dispositivos, pero no se llegaría a tiempo”, añade Quintana.
El problema se remonta a una plaga invasora foránea que se detectó en 2009 y que afecta especialmente a buena parte de la Comunidad Valenciana, cuyo comercio citrícola factura al año en torno a 1.240 millones de euros al año, según datos del sindicato La Unió de Llauradors i Ramaders. Se producen entre tres y cuatro millones de toneladas de naranjas que son consumidas principalmente en Alemania, Francia, Reino Unido y España. Las principales organizaciones como AVA-Asaja o La Unió estiman que las pérdidas del 2021 por el cotonet ascienden a más de 200 millones de euros, si bien la cifra es rebajada sensiblemente por otros actores del sector. También se ha detectado cotonet en menor medida en Murcia, Andalucía y Cataluña.
Dispositivo con feromonas y piretrinas contra el cotonet.
La solución biológica contratada es fruto de la investigación de la empresa valenciana Ecología y Protección Agrícola (EPA) y del Centro de Ecología Química Agrícola del Instituto Agroforestal Mediterráneo (CEQA-IAM) de la Universidad Politécnica. Bayer Crop Science llegó a un acuerdo con EPA y registró este producto que denomina Vynty Citrus y define como “el primer dispositivo del mercado formulado con feromonas y piretrina natural para el control de plagas en cítricos”, según un comunicado de la multinacional.
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En 2018, los investigadores identificaron la feromona sexual que emite la hembra para atraer al macho. Luego había que fabricar el dispositivo a escala industrial para darle una utilidad en el campo y distribuirlo. Bayer dio a conocer en enero de 2021 el dispositivo o trampa, que incluye también piretrina, un insecticida de las plantas que mata al macho cuando es atraído por las feromonas. “La técnica solo afecta a esta plaga y es efectiva acumulativamente y respetuosa con el medio ambiente al no dejar residuos sobre las naranjas. Los agricultores deben pagar el 50% del coste de la trampa”, explica Dalmau.
El uso de este sistema de atracción y muerte para interferir en los comportamientos de apareamiento, evitando la reproducción del insecto, se inscribe en la línea de trabajo de incorporar medios biológicos, no contaminantes, en la lucha contra las plagas, según apuntan los responsables de la Consejería. Además, la Unión Europea prohibió hace dos años el empleo del metil-clorpirifos, uno de los insecticidas más empleados contra el cotonet, por contaminante y dejar restos químicos en el fruto.
La lucha contra el cotonet ha supuesto un incremento del coste de producción, que ha pasado de unos 14 céntimos el kilo a 21 o 24 céntimos, señala Carles Peris, secretario general de La Unió. “Vendemos por debajo de lo que nos cuesta”, se lamenta. Peris incide en el problema de la falta de control de las importaciones de cítricos en los puertos europeos y en los países de origen. Y reclama el tratamiento en frío de los cítricos para matar al insecto” que Europa no ha exigido a las importaciones de Sudáfrica. Este país es el origen de la planga, según los análisis moleculares, si bien se desconoce con certeza cómo llegó a tierras valencianas.
Otra de las medidas de control biológico adoptadas por Agricultura es la suelta masiva de depredadores del cotonet como los criptolemos, una especie de mariquita. “También hemos ido a Sudáfrica para buscar parasitoides para el control de esta plaga” , apunta Dalmau. En cualquier caso, “la solución debe ser integral, adaptar también medidas higiénicas y culturales, como una adecuada poda del arbolado o la desinfección de los cajones de la recolección y de la ropa de los recolectores para que no se disperse de manera artificial”, agrega.
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