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Señores feudales: quiénes eran y funciones

La Edad Media estuvo caracterizada por un nuevo sistema de gobierno, el feudalismo, y la aparición de los conocidos como señores feudales. Este sistema era un régimen de organización política y social basado en la entrega de un feudo por parte del señor al vasallo a cambio de determinadas contraprestaciones.

Señores feudales

Los llamados señores feudales eran los que poseían todo el poder en este sistema, actuando como administrador de la tierra que entregaba al vasallo. Una especie de contrato de prestaciones que no siempre era beneficiosa para estos vasallos.

A diferencia de los esclavos, los vasallos eran hombre libres, muchos eran noble, que se encontraban bajo la subordinación de los señores feudales, aunque eran claramente dominados por los señores.

Las cuentas se rendían al señor feudal, que podría ser en productos, o dinero, además de trabajar en las tierras del señor durante unos días a la semana, o la semana completa.

También existía la figura del siervo. A diferencia de los vasallos, los siervos pertenecían al pueblo llano, y debían mantener el feudo del señor aportando el mayor trabajo posible y unos beneficios sobre las tierras de los señores feudales que trabajaban.

Orígenes del feudalismo

El feudalismo lo encontramos en la Edad Media y surge por primera vez con el Imperio de Carlomagno. En este período, los reyes, ofrecían tierras a muchos nobles, que acabarían convirtiéndose en señores feudales. De acuerdo a los títulos nobiliarios, estos podían conocerse como condados o marcas.

Los reyes se valían de esta organización para defender sus tierras con gente de confianza ante invasiones enemigas, muy habituales durante la Edad Media.

Así pues, durante el feudalismo, la tierra era lo más importante para los monarcas, y por ende, para los señores feudales que se hacían con estos feudos gracias a los favores de los reyes.

Privilegios del señor feudal

Los señores feudales tenían una serie de derechos y privilegios que no estaban al alcance del pueblo llano. Su poder era casi imitado con respecto a sus tierras. Estos derechos eran otorgados por la consecución de estas tierras. A través de estas tierras conseguían una relación de servidumbre con sus vasallos y a la vez con los siervos.

Dentro de los derechos que un señor feudal tenía sobre su feudo, encontramos la administración de la riqueza, o el conocido como derecho de pernada, por el cual, cualquier señor podía disfrutar sexualmente de una vasalla en la noche de bodas.

Esta posición de privilegio obligaba al vasallo a entregar a su esposa en la noche de bodas, aunque en muchas ocasiones, se arreglaba con un pago en dinero por parte del vasallo al señor.


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