*El escritor habló sobre su ejemplar “La piel”, y cómo lo ha liberado de “La España vacía”
Por Cristóbal Torres
México, 5 de junio (La Neta Neta).— Al presentar su más reciente libro, La Piel, en una conversación con Lola Larumbe, directora de la Librería Alberti de Madrid, el escritor Sergio del Molino mencionó que el uso de la primera persona es un recurso para ganarse la confianza del lector, aunado al carácter autobiográfico de sus obras, “para que no se pierda y se fíe de mí, tengo que dar algo de mí; tengo que mostrarme al lector como alguien merecedor de su confianza”.
El libro habla sobre su experiencia con la psoriasis, por lo que escribirlo le ayudó a curarse de la vergüenza y el trauma que le provocó. Consideró que sólo se puede escribir desde la aceptación cuando se abordan sucesos difíciles o hechos que cuestan aceptar en la vida. “No lo he escrito como forma de catarsis, ni siquiera me interesaba hablar de la psoriasis; quería usarla para llegar a otros sitios”.
Fue así que La piel le permitió profundizar en reflexiones que han ido creciendo con los años; se volvió más autoconsciente de la enfermedad y reconoció la importancia de la piel, “si tuviera una piel sana, no repararía en lo importante que es”, y aseguró que las personas no prestan atención a las cosas hasta que se estropean.
El libro aborda varios personajes que han tenido la misma enfermedad, desde Pablo Escobar hasta Nabokov y Stalin; a todos los consideró personajes muy complicados, por lo que fue muy difícil tratarlos como escritor. Por ello, a cada uno les buscó un punto marginal, íntimo y poco frecuentado de su vida.
Lola Larumbe tildó a La piel como Las mil y una noches de la dermatología y señaló el racismo que habita en el libro, específicamente el caso del “Negro de Banyoles”, sobre un hombre de raza negra que fue disecado y exhibido en el Museo Darder hasta el año 2000, cuando fue enterrado en Botswana. El autor mencionó que tiene todos los ingredientes de la tragicomedia, pues “esconde una historia muy trágica que resume el racismo cuyas consecuencias no hemos podido resolver desde el siglo XV”.
Finalmente, Sergio del Molino resaltó que el libro le ha permitido demostrar que su obra va más allá de La España vacía (2016), una publicación que se ha salido de sus manos y ha adquirido una dimensión política y social enorme: “Salirme de ahí ha sido una decisión muy consciente; estoy orgulloso de haber podido seguir siendo un escritor de otros temas y no sólo el autor de ese título”.