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Sexo tántrico, ligues lentos: 2020 fue el año en el que nos replanteamos cómo flirteamos y cómo hacemos el amor


Maribel Verdú, Gael García Bernal y Diego Luna protagonizaron en 2001 la que fue calificada por la revista británica Empire como una de las escenas más sensuales que se han visto en la gran pantalla. En este corte de Y tu mamá también, película dirigida por Alfonso Cuarón, los tres actores -en la piel de Luisa, Julio y Tenoch, respectivamente- se dejan llevar por el alcohol, el baile y la pasión y acaban haciendo un trío que ya es historia del cine. Todo parece ir rodado en este ménage à trois dirigido por Luisa, la más experta de los tres, sin embargo, a la mañana siguiente mirarse a los ojos se antoja más complicado. Y es que en la teoría las cosas suelen mucho más sencillas que en la práctica: hacer croquetas, dibujar un círculo a mano alzada, patinar… o hacer realidad una fantasía sexual.

Pero no todo es como el cine, sobre todo el porno, nos ha contado. “La pornografía ha condicionado tanto que las expectativas casi nunca se corresponden con la realidad y esto puede tener consecuencias tan drásticas como la ausencia de erección en el hombre”, explica a Icon la sexóloga Ruth Ousset, que incide en que el sexo es un juego y como tal debe ser tomado. “Hay que practicarlo sin expectativas, teniendo claro que no es como en el cine porque si no el deseo se bloquea y surgen las inseguridades”, apunta.

Según la investigación sociológica que Control lleva a cabo todos los años para conocer el comportamiento sexual de los jóvenes españoles, si eres hombre y tienes entre 18 y 35 años es muy probable que tu mayor fantasía sexual consista en hacer un trío, pero solo el 10,50% de aquellos que fantasean con ello lo han llevado a la práctica. En la otra cara se encuentra el sexo anal, que dentro de las fantasías sexuales masculinas es la más practicada (lo lleva a cabo el 45,20%, seguida del sexo virtual (35,30%) y de atar o ser atado (30,90%). “La fantasía del trío”, recuerda Ousset, “es básicamente masculina”. Esta especialista en sexualidad confiesa que en consulta solo encuentra hombres que fantasean con ello aunque admite que la mayoría no terminan llevándolo a cabo.

La sexóloga y terapeuta de pareja Eva Moreno coincide en que en una pareja heterosexual los más interesados en incorporar a una tercera persona en las relaciones sexuales suelen ser ellos y no ellas. “Además suelen querer hacerlo con otra mujer. El porcentaje de tríos con dos hombres es mucho menor”, señala Moreno. Esto tendría su explicación en un estudio sobre fantasías sexuales de la Universidad de Montreal en el que los resultados tras contar con una muestra de 1.500 adultos (mitad mujeres y mitad hombres) mostraron que la mayoría de los hombres sueñan con que sus fantasías se hagan realidad, mientras que las mujeres se conforman con que esas escenas no salgan de su mente.

Tanto Ousset como Moreno vuelven a apuntar que la idealización del porno es muy peligrosa a la hora de hacer un trío y recuerdan que el sexo -ya sea entre dos, tres o más personas- siempre tiene que ser un juego divertido. Y esto no se puede perder de perspectiva. Partiendo de estas premisas, las especialistas dan las claves para que hacer realidad la que es la fantasía sexual más recurrente en los hombres no dinamite una relación de pareja estable, compromiso que nos hace más vulnerables ante una práctica como esta. “Hay que hablarlo mucho antes de hacerlo y ponerse en situación. Ir a clubs de intercambio, aunque no se llegue a hacer nada más que interactuar, ayuda mucho a prepararse porque ahí uno ve cómo se siente al observar a su pareja con otra persona. Pero sobre todo hay que hacerlo cuando la relación está fuerte, no como último recurso para salvarla, porque más que nunca la pareja debe comportarse como un equipo. Y ambas partes han de estar muy seguras de que quieren hacerlo, de lo contrario acabará siendo tóxico para la relación y solo conllevará reporches”, afirma Eva Moreno.

Estas son las reglas de oro para hacer un trío bien sin destruir tu pareja en el intento

1. Si es una pareja la que quiere hacer el trío debe pensar si prefiere que la tercera persona sea un desconocido que les guste a los dos. Las especialistas recomiendan que sea así porque es más fácil desvincularse emocionalmente de alguien que al que no se conocía previamente.

2. Hablar antes del tipo de protección que se va a usar para evitar enfermedades de transmisión sexual. “Parece una obviedad, pero se dan muchos casos en los que no toman ninguna medida para prevenir ETS. Suele ocurrir cuando dos de los miembros son una pareja heterosexual que ya se protege con la píldora o el anillo y no cae en la cuenta de que eso no es suficiente para proteger y protegerse de la tercera persona. Lo más recomendable en un trío formado por dos mujeres y un hombre sería usar el preservativo femenino, el problema es que no siempre es fácil encontrar dónde comprarlo”, comenta Ousset.

3. Decidir si las tres personas van a interactuar entre ellas. Ruth Ousset lo explica: “Cuando el trío es entre dos hombres y una mujer encuentro en muchas ocasiones que no quieren tener contacto entre ellos y esto es mejor comentarlo antes de empezar para no fastidiar el ambiente estando en faena. Otra cosa que se da mucho es que uno de los tres solo quiera mirar a los otros dos mientras tienen relaciones sexuales sin participar de ellas”.

4. Establecer una serie de normas con las que las tres partes estén conformes. Las especialistas explican a Icon que si dos de los implicados son pareja el amor romántico suele hacer acto de aparición poniendo reglas como que la tercera persona no se quede a dormir con ellos o que no esté permitido volver a hacer un trío con la misma tercera persona. También es aconsejable que la pareja tenga una palabra de seguridad que puedan emplear cuando no estén a gusto.

5. Es importantísimo saber comunicar cómo te estás sintiendo al hacerlo. “Mucha gente se siente desplazada durante el trío y lo que hay que hacer en esos casos es explicar lo que nos está pasando para tratar de reconducir la situación y solucionarlo”, afirma Ousset. “Lo importante es no callarse y si algo no está gustando decirlo”, añade Moreno.

6. No hay que compararse. “Esto es algo que les ocurre sobre todo a los hombres cuando hacen un trío donde otro de los integrantes también es hombre. Vivimos en una sociedad falocentrista y el tamaño del pene es algo que les preocupa mucho a los hombres, es un tema cultural que también se ve en los vestuarios masculinos de los gimnasios”, argumenta Ousset. Por otro lado, “ver a tu pareja disfrutar con otra persona es muy complicado y es algo para lo que hay que estar preparado porque si no pueden surgir muchas inseguridades”, anota Moreno.

7. Es recomendable que los tres implicados queden previamente en un lugar neutral para conocerse y pautar las normas. En este encuentro, además, conviene hablar de las prácticas sexuales que se quieren llevar a cabo y de la juguetería sexual que se va a usar.

8. Consensuar con la pareja y con la tercera persona los límites que no se quieren pasar y las cosas que nunca se han probado pero que no importaría llevar a cabo por primera vez durante el trío. “Poner límites es necesario para no arrepentirse después de haberlo hecho y que no surjan posibles reproches”, señala Moreno.

9. Por último, y no menos importante: hay que saber reírse de uno mismo. “Esto ayuda a normalizar la situación y a aliviar tensiones. Además, si no hay humor en la cama falta algo”, confirma Ruth Ousset.

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