“El EZLN toma la iniciativa que no ha logrado concretarse desde otros espacios”, escribe Jacobo Dayán.
Por @dayan_jacobo
“Rompimos el cerco”, con este comunicado el EZLN cierra un conjunto de pronunciamientos después de un tiempo de silencio. Ahora sabemos que ese silencio se debió a un largo proceso de consolidación y crecimiento. Ahora “son 11 Centros (de Resistencia Autónoma y Rebeldía Zapatista) nuevos, más los 5 caracoles originales, 16. Además los municipios autónomos originales, que son 27, total de centros Zapatistas son 43”. Todo ello a pesar de la presencia militar en la región, incluidos sobrevuelos; del continuo embate para el despojo de tierras y territorios revestidos de una legitimidad producto de consultas a modo y no del derecho a la consulta previa de los pueblos originarios y de las descalificaciones desde la presidencia.
En este mismo comunicado, el EZLN hace un llamado importante. Desde hace más de una año, durante la Quinta sesión del Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?” organizado por el EZLN y realizado en la Comunidad del CIDECI-Unitierra, en San Cristóbal de la Casas, varias voces pusimos sobre la mesa la necesidad de articulación entre distintos sectores de la sociedad ante la emergencia nacional.
El EZLN toma la iniciativa que no ha logrado concretarse desde otros espacios. Hacen un llamado a “quienes caminan con dolor y rabia, con resistencia y rebeldía, y son [email protected]…un nuevo encuentro de Mujeres que luchan…hacer una reunión de otroas, con el objeto de que compartan, además de sus dolores, las injusticias, persecuciones y demás chingaderas que les hacen, sus formas de lucha y su fuerza…a grupos, colectivos y organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.”
Resistir desde la palabra, la lucha, la rebeldía y la articulación. Si hay actores de sociedad civil con autoridad moral para lograr esta articulación, sin duda estos son encabezados por el EZLN, por el movimiento indígena organizado y por los colectivos de víctimas de un país desgarrado. Una articulación que permita buscar agendas en común, conocerse y sumar esfuerzos en todas las geografías, presentar un frente ante el horror y el autoritarismo, defender la vida y el territorio, exigir verdad, justicia y reparación. En resumen rescatar la dignidad humana y el futuro de este país.
Aquello que algunos planteamos hace más de un año ha germinado. Varios guiños se han mandado. Desde ya y desde aquí, respondo afirmativamente a este llamado.