Sí, la hora del día en la que comes puede afectar a tu salud mental

Como consecuencia de la rutina, muchas veces comemos en el momento en qué podemos y no cuando queremos. Este pequeño detalle horario, que parecería insignificante, en realidad puede explicar muchas enfermedades. Resulta que la hora del día en la que comes puede afectar a tu salud mental.

La relación entre la hora en que realizamos las principales comidas de cada jornada y nuestro bienestar mental está confirmada a partir de un conjunto de informes publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, prestigiosa revista temática en la que se abordan las consecuencias de las interrupciones del «reloj biológico».

¿Qué dice la ciencia sobre el impacto de la hora en la que comes sobre la salud mental?

Los estudios de los expertos aluden a la esperanzadora posibilidad de que modificar la hora en la que comemos reduzca el riesgo de desarrollar estrés, ansiedad u otros trastornos depresivos sin recurrir a otras soluciones.

Los especialistas advierten asimismo del peligro de comer a deshoras, porque esto puede favorecer el desarrollo de diferentes afecciones mentales al interrumpir ese reloj biológico que regula los procesos del metabolismo.

Conocido como ritmo circadiano, esta disposición interna de nuestro organismo en base a las horas de luz del día controla la alternancia entre sueño y vigilia, y es la que explica por qué comer en horarios poco usuales es tan malo.

De hecho, hay estudios complementarios a éstos que se enfocan en cómo la duración del día condiciona ciertas conductas y comportamientos, y tiene una incidencia directa en el estado de ánimo que expresamos.

¿Cómo cuidar mi mente si trabajo de noche?

Quienes lo tienen más difícil para proteger su mente de las enfermedades son aquellos que trabajan de noche, y no poseen más salida que alimentarse en horarios que no son los comunes.

Si tienes que desempeñar tus tareas por la noche aquí van algunas sugerencias que te ayudarán a tratar con la interrupción del ritmo circadiano, y limitar el impacto que la comida a deshoras puede producir en tu organismo.

Por ejemplo, planea tus menús con antelación para no caer en los ultraprocesados con azúcares o grasas. Asegúrate de consumir vitamina D para paliar la falta de exposición a la luz solar, y no te excedas con el café. Durante la jornada de trabajo, quédate con alimentos saludables y en porciones lo más pequeñas posibles.

Siguiendo estas recomendaciones, probablemente no tengas que convivir con tanta inestabilidad emocional.


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