La cerveza es una de las bebidas más populares y consumidas de todo el mundo. Para muchos, tomarse una cerveza antes de comer o después de trabajar forma parte de su rutina diaria. Sin embargo, muchos expertos alertan de los efectos que el alcohol puede tener en la salud en el largo plazo.
Siempre se ha dicho que tomar cerveza con moderación puede ser beneficioso para el organismo. Pero hay quienes opinan todo lo contrario, y señalan que una simple unidad de cualquier bebida alcohólica puede generar numerosos problemas.
En cualquier caso, es importante saber que no todo el mundo puede beber cerveza. Aunque en los últimos años han aparecido numerosas recetas para que todo el mundo pueda disfrutar de esta bebida, hay varios grupos que deben evitarla.
¿Quiénes no deben beber cerveza?
Los expertos señalan que las personas que sufren el síndrome del intestino irritable no pueden consumir esta bebida porque podría provocarles molestias muy dañinas. El síndrome del intestino irritable es un trastorno que provoca cambios en el intestino y dolor en el abdomen.
Tampoco deben beber cerveza las personas que padecen cirrosis. Se trata de una condición médica de carácter crónico en la que el hígado está cicatrizado. El tejido sano es reemplazado por el tejido cicatrizal, y evita que el hígado funcione como es debido.
Cabe señalar que los diabéticos tampoco es aconsejable que beban cerveza. Durante la fermentación de la bebida se generan una serie de azúcares que podrían repercutir negativamente en su salud.
La cerveza no es una bebida recomendada para quienes tienen acidez de estómago. Esta bebida debilita en gran medida la capacidad del esfínter esofágico de cerrarse correctamente, dificultando todavía más los efectos de la patología.
¿Es saludable?
Varios estudios científicos señalan que el consumo moderado de la cerveza tiene beneficios para la salud cardiovascular y ósea, siempre y cuando se tome en el marco de una alimentación saludable y equilibrada.
Es más, en los últimos años, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), en colaboración con el Centro de Información Cerveza y Salud, ha puesto en marcha una campaña informativa en varios centros de salud sobre los beneficios del consumo moderado de esta bebida.
Según el Centro de Información Cerveza y Salud, es rica en proteinas, ácido fólico, carbohidratos, minerales y vitaminas del grupo B. En lo que respecta al aporte calórico, puede variar según los diferentes tipos de cerveza, pero oscila entre las 17 y las 45 kilocalorías por cada 100 mililitros.
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