Sienna Miller fue durante muchos años una de las chicas favoritas de la escena social de Londres y, con frecuencia, abandonaba disparada los clubs nocturnos. Sin embargo, su vida dio un vuelco cuando se dio cuenta de que sus acciones estaban dañando su carrera como actriz. Ahora la neoyorquina, de 35 años, agradece haber sido capaz de recuperar las riendas en su trabajo.
Miller ha admitido en la revista LOVE Magazine que su carrera está empezando a mejorar tras años de un estilo de vida fiestero. “Probablemente podría haber estado como estoy ahora mucho antes si hubiera sido más inteligente”, ha afirmado la intérprete, que acaba de estrenar Vivir de noche, película dirigida por Ben Affleck —un título muy apropiado para el tema del que habla en la entrevista—.
“Solo quería divertirme y no dejar de comportarme así por ninguna razón, y de alguna manera dañó mi carrera”, confiesa Miller. Explicando qué influenció su modo de vida en aquellos años, la actriz ha contado que creció en los noventa “viendo cómo todos se salían con la suya y se libraban de todas las consecuencias”. Y continúa: “Decía siempre, ‘¡oh! Los Gallaghers [los cantantes de Oasis] lo hicieron, que le den a todo”.
La artista ha revelado que ahora prefiere pasar sus tardes-noches en su ciudad materna, Nueva York, con su hija Marlowe, de 4 años. Se ríe cuando le dicen que es más aburrida, ella se siente más feliz y más centrada que nunca. Desde entonces, ha recibido buenas críticas por su participación en películas como El francotirador o Foxcatcher, y una nominación al Globo de Oro por la película para televisión The Girl.
Sienna Miller vivió una época de su vida encasillada en el cliché de “la novia de…”. En este caso, fue por su relación con Jude Law, con quien estuvo saliendo de 2003 a 2006. Ambos se conocieron durante el rodaje de Alfie, pero pusieron punto final a su noviazgo por culpa de una infidelidad del también actor. Se dieron una segunda oportunidad en 2009, que duró dos años.
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