Calles anegadas en Tumbes, una ciudad al norte de Perú.SEBASTIAN CASTANEDA (REUTERS)
Desde hace varios días, los ciudadanos de la costa norte de Perú amanecen con aguas turbias hasta la cintura. No son pocos los colegios públicos que han quedado inhabilitados para iniciar el año escolar ni tampoco las familias que desde los techos de sus casas imploran ser rescatadas. El fenómeno es un ciclón y tiene nombre: Yaku, que en quechua significa agua. Los especialistas han descartado que pueda devenir en un huracán, pero aún así está ocasionando serios daños. Hay ya cinco fallecidos en la región costera de Piura y otros dos en Lambayeque. Todavía no hay un panorama exacto en cuanto a los afectados a nivel nacional, pero solo en Piura habría más de 3.500, según el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER). Además, se inundó la Procuraduría Pública del Gobierno Regional.
El último jueves, en Chiclayo, Lambayeque, una madre y su hijo de siete murieron electrocutados al tocar un cable de Internet descolgado mientras caminaban bajo la lluvia torrencial. En Piura, dos hermanos de 17 y 18 años se ahogaron en el río Huancabamba; un pescador perdió la vida cuando su embarcación se volteó en la bahía de Paita; una señora de 50 años fue arrasada por la fuerza de las aguas al intentar cruzar una quebrada para ver el estado de su ganado; y un señor de 51 años fue aplastado por una pared de adobe.
Hania Pérez de Cuéllar, ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, culpó a las autoridades del pasado. “Esto es responsabilidad de los gobiernos anteriores que no hicieron un correcto trabajo de prevención. El trabajo no se hace en el mismo instante en que aparecen los fenómenos”, cuestionó. Si bien los deslizamientos e inundaciones ocurren cada verano, desde 1983 un ciclón no asolaba las costas peruanas. Fue ese mismo año en que tuvo lugar el fenómeno del Niño, que provocó la muerte de 512 personas, 8.500 fallecidos de forma indirecta por causa de enfermedades y 1.304 heridos. Los temores son razonables. La probabilidad de que un evento de semejantes magnitudes se desencadene se encuentra por ahora bajo el grado de “vigilancia”. La próxima semana se reunirá la Comisión Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) para evaluar si la situación amerita pasar al grado de “alerta”.
El Ejecutivo ha declarado en estado de emergencia a 233 distritos ubicados en las regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Cajamarca y Lima. En la capital, los distritos bajo supervisión son Chaclacayo, Comas, San Martín de Porres, Carabayllo y Ate. El objetivo es agilizar medidas de excepción para reducir los riesgos y reparar los años en los próximos 60 días.
“Yaku está descendiendo y eso hará que se incrementen las lluvias en Lima. Se elevará el caudal del río Rímac”, declaró este viernes el ministro de Defensa, Jorge Chávez, y no se equivocó. En Lima, la ciudad donde nunca llueve, el cielo abrió paso a una precipitación moderada desde las últimas horas de la tarde. De acuerdo al Senamhi, el ciclón Yaku permanecería hasta este domingo, pero las lluvias continuarán por lo menos hasta la quincena de marzo.
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