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Sindicatos, administración y Nissan eligen el ‘hub’ de electromovilidad de QEV para reindustrializar la planta de la Zona Franca



Planta de Nissan en Zona Franca (Barcelona).

La Comisión de Reindustrialización de Nissan, una mesa formada por sindicatos, administración y la propia compañía nipona, ha decidido este miércoles dar luz verde al proyecto de crear un hub de electromovilidad en la planta que Nissan abandonará a finales de año en la Zona Franca de Barcelona. Tras la negativa de la primera opción, el fabricante de automóviles chino Great Wall Motors, la mesa ha aprobado el proyecto del consorcio que lidera QEV Technologies. Esta compañía catalana, que presentó su propuesta hace dos semanas, ocuparía dos líneas de producción en las instalaciones de la Zona Franca. La Comisión ha acordado mantener como opción alternativa o complementaria la propuesta de la compañía belga Punch. La mesa también sigue negociando el futuro de las instalaciones de Nissan en Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, donde se priorizan las opciones de QEV y del fabricante de motos eléctricas Silence, respectivamente.

La negativa de la china Great Wall Motors a ocupar la planta de Nissan en la Zona Franca, formalizada hace dos semanas, frustró los primeros planes para reindustrializar una fábrica que cerrará a finales de este año y que todavía no tiene el futuro asegurado. La decisión de Great Wall obligó a barajar de nuevo opciones descartadas, y que irremediablemente llevarán a trocear la actividad de la antigua Nissan.

Este miércoles la Comisión de Reindustrialización ha celebrado su decimoquinta reunión, y ha decidido apostar por el consorcio que lidera QEV Technologies como la mejor opción. El proyecto, presentado el 17 de diciembre, es por ahora el favorito, aunque solo ocupará dos líneas de producción de la planta (que son las que se han mantenido activas hasta ahora). La propuesta de QEV Technologies es crear un hub junto con, entre otros, los fabricantes eléctricos Inzile, Hispano Suiza, Lupa Motors, Btech y Ronn Motor, con el objetivo de producir vehículos eléctricos, tanto turismos como furgonetas. Quedan por definir las necesidades concretas de espacio y de activos. Paralelamente, la Comisión ha decidido mantener abierta la opción de la propuesta de la empresa belga Punch, que tras la negativa de Great Wall mostró interés de nuevo en hacerse cargo de la fábrica de la Zona Franca.

El futuro de la principal fábrica decidirá también lo que ocurra en las instalaciones de Sant Andreu de la Barca y de Montcada i Reixac. La negociación para concretar los proyectos que vayan a estas plantas está, según ha destacado la Comisión, “en una fase muy avanzada, a la espera de concretar los últimos detalles del acuerdo global”. La primera opción es que QEV Technologies también ocupe la fábrica de Sant Andreu de la Barca, y que Silence se quede con la de Montcada i Reixac. Ambas propuestas “cumplen con los objetivos de reindustrialización marcados por la Comisión”.

La administración ha celebrado el avance de las negociaciones. El secretario general de Industria, Raül Blanco, ha asegurado que se está cumpliendo “el objetivo principal de que los proyectos resultantes cubran las necesidades de la plantilla de las tres plantas de Nissan”. La directora general de Industria de la Generalitat, Natàlia Mas, ha destacado que la voluntad es priorizar la industria vinculada al sector de la movilidad sostenible, aunque ello no evita que se pueda “complementar” con otras propuestas.

Hace dos semanas se cerraron definitivamente las plantas de Nissan con la fabricación de la última furgoneta, y desde entonces 1.400 trabajadores (además de las jubilaciones anticipadas y las bajas incentivadas) han sido despedidos a la espera de que se concrete cuál será el futuro de la fábrica en la que podrían volver a trabajar. Los sindicatos calculan que Nissan daba empleo a 13.000 personas directa e indirectamente.

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