Las autoridades de Siria aseguraron este martes haber matado a “decenas” de supuestos “terroristas” en nuevos bombardeos perpetrados junto a Rusia contra zonas de las provincias de Idlib y Hama en respuesta a la ofensiva lanzada la semana pasada por grupos rebeldes y yihadistas en Alepo, que forzaron un repliegue de las tropas gubernamentales.
El Ministerio de Defensa sirio señaló en un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social Facebook que los bombardeos han dejado “decenas de muertos y heridos en las filas de los terroristas”, además de destruir “armamento” y otro equipamiento militar de estos grupos, encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS).
Por su parte, el Mando Militar de Operaciones, la coalición rebelde formada por HTS y los rebeldes, incluidas formaciones respaldadas por Turquía, dijeron haber matado a unos 50 “miembros de las fuerzas del régimen” en nuevos ataques llevados a cabo durante las últimas horas en Hama.
Hasán Abdulghani, uno de los principales comandantes rebeldes, señaló que estos grupos “continúan su avance en numerosos ejes en los alrededores de la ciudad de Hama, ante grandes y sucesivos colapsos en las filas de las fuerzas del régimen criminal”, según un comunicado publicado en su cuenta en Telegram.
En este contexto, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos confirmó intensos combates en Hama y afirmó que HTS intenta avanzar hacia la localidad de Salamiya para cortar una de las rutas de suministro de las fuerzas gubernamentales en la provincia.
El organismo, con sede en Londres e informantes en el país, afirmó además que el grupo ha tomado varias localidades en la zona, incluidas las de Taibat al Imam, Halfaya y Maardis, sin que las autoridades sirias se hayan pronunciado al respecto ni hayan reconocido pérdidas territoriales.
Durante la jornada del lunes, el presidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS), Hadi al Bahra, destacó que la ofensiva “no cesará hasta que el régimen de Bashar Al Assad participe totalmente en el proceso político”, en línea con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Al Bahra afirmó en una rueda de prensa en Turquía que las ofensivas ‘Disuadir la Agresión, lanzada por HTS, y ‘Amanecer de Libertad’, encabezada por rebeldes sirios, son resultado de “una presión pública masiva” a causa del aumento de los ataques por parte del Ejército y sus aliados contra la provincia de Idlib (noroeste).
En este sentido, explicó que esto se sumó al “rápido descenso de la ayuda humanitaria” y el aumento del número de desplazados y refugiados a causa de la llegada de miles de personas huyendo desde Líbano a causa de los ataques de Israel, en el marco del conflicto con el partido-milicia chií Hezbolá.
El jefe de la CNFORS, que aglutina a numerosas organizaciones opositoras, sostuvo además que “los sirios perdieron la fe en la posibilidad de una solución política por la obstrucción por parte del régimen de Al Assad” y agregó que el objetivo de la ofensiva es “activar el proceso político” para lograr una transición pactada.
Al Bahra incidió en que “una solución política en línea con las resoluciones de la ONU, particularmente la resolución 2254, es la única solución viable y sostenible para Siria” y defendió el derecho del pueblo sirio a recurrir “a todos los medios posibles” para lograrlo, según un comunicado publicado por la propia CNFORS a través de su página web.
Para ello, reclamó a la comunidad internacional que actúe para “revivir” el proceso político y abrió la puerta a un acuerdo en un plazo “máximo” de seis meses que derive en la creación de unas autoridades de transición en Siria, sin que HTS y otros grupos se hayan pronunciado sobre la viabilidad de este plan o su voluntad de participar en el mismo.
El líder opositor reiteró además la disposición de la CNFORS de abrir negociaciones “inmediatamente” para abordar estas reclamaciones y garantizar “la independencia, unidad y soberanía” del país, ante el temor de una disgregación territorial de Siria en zonas bajo control de grupos enfrentados, incluida la zona bajo autonomía kurda en el noreste.
La ofensiva de rebeldes y yihadistas es la primera ofensiva a gran escala desde que los presidentes de Turquía y Rusia, Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin, respectivamente, pactaran en 2020 un alto el fuego tras meses de combates. Moscú es uno de los principales apoyos internacionales del presidente sirio y su intervención militar en 2015 permitió a las fuerzas gubernamentales repeler los avances rebeldes y estabilizar los frentes.
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