Oaxaca, Oax.- Mujeres triquis de San Juan Copala del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui Independiente se manifestaron frente al Palacio de Gobierno de Oaxaca para denunciar la violencia que viven, lo que ha provocado una serie de asesinatos y desplazamientos forzados.
Encabezados por la activista Lorena Merino, enviaron un mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a su comentario que dijo este jueves en su conferencia matutina, donde aseguró son pocas personas de esta etnia las afectadas.
“No somos pocos, somos un pueblo que vive violencia y desplazamiento”, afirmaron Merino y sus compañeras al presidente López Obrador, a quien pidieron no caer en el engaño, pues aseguraron que desde 2012 no hay condiciones para regresar, y ningún gobierno ha hecho algo por resolver esta situación.
La activista triqui declaró que cuenta con unas minutas que se firmaron en febrero de 2012 con los grupos paramilitares, pero en ese entonces no había condiciones para regresar y hasta la fecha no las hay, “simplemente nos engañaron con unos puestos de reubicación y nunca se llevó a cabo”.
El plantón que se mantuvo por 12 años en los corredores del Palacio de Gobierno de Oaxaca no fue por las ganancias, sino fue un acto de protesta por los desplazados triquis.
Además de los desplazados de San Juan Copala, también dijeron que existen desplazados de San Miguel Copala que pertenece a Tierra Blanca Copala.
Respecto a las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que ya les fueron retiradas, pero insistió en que su vida está en peligro.
Después de casi 30 minutos de manifestación, fueron recibidas y mañana miércoles tendrán una reunión con Jesús Romero, secretario de Gobierno de Oaxaca.
Desde 2010, con el asesinato de la defensora triqui Bety Cariño y de Jiry Jaakkola ocurrido en San Juan Copala, los integrantes del MULT han demandado justicia.
En la madrugada del pasado 2 de diciembre, elementos de la policía estatal y de Oaxaca de Juárez quitaron el plantón que tenían con al menos una centena de puestos de ropa típica que mantenían en el Zócalo y corredores del Palacio de Gobierno, esta acción fue criticada por activistas y defensores a lo que llamaron un acto de represión.
En el día 2 del gobierno de Salomón Jara Cruz, los uniformados llegaron y comenzaron a quitar cada uno de los puestos y campamentos instalados con palos y lonas, en donde la comunidad triqui vendía ropa típica.
“No es posible que nos hagan esto, cuando nosotros lo único que exigimos es justicia y un retorno seguro a nuestra comunidad”, decían las mujeres ataviadas con sus trajes típicos rojos que distingue a este pueblo indígena de Oaxaca.
Una vez desalojado el zócalo y los corredores del palacio de gobierno, las vestimentas tradicionales fueron llevadas por camiones de volteo, sin importar el reclamo de las mujeres por su mercancía, quienes lograron salvar algunas prendas.
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