“The Gulps son realmente brillantes, acaban de grabar cuatro canciones que son sencillos potenciales y su líder, Harry, es una estrella, una puta superestrella. La mayoría de las bandas que me atraen tienen un vocalista carismático, y él es fabuloso, uno de los mejores frontmen que he tenido nunca. Además, son muy trabajadores. Acabo de ir a ponerles un anuncio en la BBC. Creo que les va a ir muy bien”. Quien lanza estas palabras es Alan McGee, una de las personas más importantes de la industria musical británica.
Este escocés de 61 años creo uno de los más prestigiosos sellos independientes de la historia, Creation Records, y fue el descubridor de Oasis, Primal Scream, The Libertines, The Jesus & Mary Chain, My Bloody Valentine, Teenage Fanclub y Ride, entre otros muchos nombres. Su influencia en las islas es tan grande que le han dedicado al menos tres libros, dos documentales y una película de ficción muy en la onda de Trainspotting (Creation Stories fue escrita por Irvine Welsh y producida por Danny Boyle en 2021), además de haber sido captado por Tony Blair para asesorar al Partido Laborista en materia de cultura pop a finales de los años noventa.
Aunque el sello Creation cerró oficialmente en 1999, McGee lo ha ido revitalizando con diversas secuelas como It’s Creation Baby, destinado a captar nuevos talentos. The Gulps es su más flamante descubrimiento. “Si te digo la verdad, estoy fichando al mismo tipo de bandas que hace 40 años”, explica por videollamada en plena calle, en el exterior de su oficina en Londres. “No veo grandes diferencias entre The Jesus & Mary Chain, Oasis, Primal Scream y The Gulps. Son grupos de rock de clase obrera. Creation sigo siendo yo y esto es lo que me gusta, independientemente de que algunos piensen que ese tipo de música ya no es relevante”, afirma antes de virar su cámara hacia un autobús de dos pisos que está haciendo una maniobra suicida. “¿Tú lo estás viendo?”, le pregunta al periodista entre risas.
The Gulps en concierto.Daniel Quesada
Pero ¿quiénes son The Gulps? Según su biografía oficial, Harry All (voz), Charlie Green y Francesco Buffone (guitarras), Simon Mouchar (bajo) y Raoul Khayat (batería). Tienen entre 25 y 28 años, y su historia podría comenzar como un chiste de vieja escuela: un libanés, un francés, un italiano y dos tipos de Calahorra llegan al barrio londinense de Camden Town, montan un grupo, y seducen a todos los popes de la escena indie británica. ¿Calahorra? En efecto. Los de Harry All y Charlie Green son, en realidad, los nombres artísticos de Javier Sola y Juan Carlos Ruiz. Se conocieron cuando tenían diez años en la Escuela de Música de la localidad riojana. Javier estudiaba piano y Juan, trompa.
“Dábamos mucha guerra por los pasillos. Los dos acabamos dejando esos estudios y a los 15 años montamos nuestros primeros grupos”, recuerda Sola. “Juan amaba a Eskorbuto y yo a los Beatles. Era la combinación perfecta. Nuestra primera banda se llamaba Silence of the Wind y la segunda Blue Moon. Tocábamos por La Rioja y a veces por los alrededores. Luego nos mudamos a London (sic) en 2016. Desde que comenzamos a tocar de chavales estábamos obsesionados con la british music (sic) y sus bandas. Aunque no habláramos mucho inglés, fantaseábamos con esto, decíamos con seguridad que iríamos a la capital británica y Alan McGee sería nuestro mánager. Siempre tuvimos claro que si conquistamos London habremos conquistado el mundo”, asevera el cantante.
The Gulps posan con Alan McGee (en el centro) y el Señor Gonzalo (a la izquierda), en una fotografía cedida a ICON por el grupo. La identidad del fotógrafo, muy en consonancia con el espíritu rock, no la recuerdan.
De momento sus objetivos se están cumpliendo uno por uno. Los dos riojanos se buscaron trabajos de lo más variado (ejerciendo de guías turísticos, haciendo mudanzas o poniendo pintas en pubs) y, rápidamente encontraron a sus tres secuaces, una banda multinacional que empezó a tocar en los garitos de la ciudad en 2017. Pese al parón de la pandemia, llevan más de cien bolos. Su bastión era un pub mítico del barrio de Camden (meca del indie rock londinense) recientemente desaparecido: The Monarch. “Vivimos a unos 3 minutos andando del garito. El ingeniero de sonido era hijo de Denny Laine [fundador de The Moody Blues y Wings], nos conocía y tenía cogido nuestro sonido. Sonaba siempre brutal. Y nosotros organizábamos la previa del concierto invitando a todo el mundo a nuestra casa, les dábamos sangría gratis, se emborrachaban y luego íbamos todos juntos a la actuación. Siempre se liaba en el Monarch”.
Su otro sueño se cumplió hace diez meses, cuando el capo de Creation se convirtió en su representante gracias a una estrategia que fue casi de acoso y derribo. “Francesco trabaja en Borough Market, me llamó y me dijo que acababa de ver por allí a Alan McGee. Comenzó a perseguirlo de modo lunático. Nos dio su número y le mandamos las canciones. Una de ellas, Stuck In The City, le flipó. Vino a un bolo y se fue al tercer tema. Francesco siguió en modo lunático, incluso consiguió que Bobby Gillespie [líder de Primal Scream] le hablase a McGee de nosotros, escribimos temas nuevos y le dijimos que viniese al local de ensayo. Aquella tarde la petamos con la interpretación y McGee ya no pudo resistirse. Desde entonces estamos en 15 llamadas diarias e interminables paseos por Hyde Park ideando el masterplan”.
Añade el músico que “cuando McGee cree en algo, lo cree, se obsesiona, y lo consigue. Para nosotros es muy importante el vínculo personal y la conexión emocional con la gente con la que trabajamos, y con él esa sintonía es absoluta. Un escocés y cinco chavales de diferentes países que realmente hablan el mismo idioma”, celebra el riojano. “El guitarrista italiano me invitó a ir a uno de sus conciertos y me parecieron fenomenales. Bueno, la primera vez no me parecieron tan buenos, pero los vi seis meses después y me hice su mánager, les ayudé a encontrar un buen agente de contratación y nos fuimos de gira juntos. Les estoy asesorando en todo ese tipo de cosas que una nueva banda debe necesitar”, confirma el pope de Glasgow.
La conexión Londres-Granada
Hay más nombres relevantes en esta historia. Uno es el productor Martin Glover, más conocido como Youth. Hablamos de un coetáneo de McGee que formó parte del legendario grupo post punk Killing Joke y de The Fireman, banda de acompañamiento de Paul McCartney, y que ha producido a The Verve, James, Crowded House, Bananarama y The Charlatans, entre otros muchos nombres. “En uno de los conciertos del Monarch apareció Renato Roversi, que es la mano derecha de Youth”, indica Javier. “Él vio potencial y a los pocos días nos llevó a la casa del productor en Londres. Le pusimos una maqueta y nos dijo que era una mierda, nos dio dos semanas para convencerle. Lo conseguimos, y al final le moló la idea de producirnos y sacar nuestro primer single, The Kings House, en su sello Youth Sounds. La figura de Youth la conocíamos y nos imponía mucho. En los primeros contactos estábamos acojonados. Pero luego es un tío muy guay. Currar con él nos hizo tener una primera experiencia de lo que es entrar a un estudio de verdad y lo que es trabajar con un productor. Siempre le estaremos agradecidos por esa oportunidad que nos dio cuando realmente había mucha piedra que picar y él creyó en el proyecto. Fue una vez trabajando con él cuando conocimos la existencia de su templo en Granada”.
En efecto. Martin Glover posee una casa-santuario en Albuñuelas, junto a la Alpujarra, que utiliza como estudio de producción y como sede de un festival intermitente denominado Space Mountain, en el que lo mismo han tocado Soleá Morente y Antonio Arias como Roger Eno (hermano de Brian) o Alex Paterson, del grupo electrónico The Orb. Aunque Youth mostró su predisposición a ser entrevistado para este artículo, finalmente no ha sido posible (no volvió a dar señales), así que dejamos que sea Gonzalo Tafalla, responsable de la tienda de discos y sello granadino Bora-Bora, y dinamizador musical de la ciudad, quien hable por él: “Youth aparece y desaparece como un destello de luz, lo mismo está pinchando por la tarde en nuestra tienda y a las 2 de la mañana se va a Londres a recoger un premio por una producción a Pink Floyd, es un alma libre, jipi, y un tipo muy creativo e interesante, siempre está inventando”, asegura el hombre también conocido como Don Gonzalo.
“Un día entre semana, en octubre de 2019, me llamó al móvil de madrugada, muy excitado por una banda a la que estaba grabando. Casi me ordenó que al día siguiente esa banda tocase, y así fue. Eran The Gulps. Enseguida me quedé loco con ellos, me parecieron un gran chorro de aire fresco en esta escena tan entumecida, luego nos fuimos de bares y sellamos una amistad que continuamos vía WhatsApp. Me iban pasando temas y los íbamos comentando hasta que me decidí a proponerles grabar un flexi disc para mi sello y les encantó la idea. Fue luego cuando conocieron a Alan y coincidimos en unir fuerzas desde Reino Unido y España para editar el flexi conjuntamente”.
La lujosa agenda de contactos de McGee ha llevado a The Gulps a conocer a muchos de sus ídolos (el vocalista aparece muy contento junto a Noel Gallagher en una foto que colgó en el Facebook del grupo, por ejemplo), y también a ser la última banda que firmó Steve Strange, uno de los agentes de contratación más importantes de la industria británica -llevó a Coldplay y Robbie Williams, entre otros muchos-, recientemente desaparecido. “No llegamos a conocerle personalmente, fueron videollamadas porque él vivía en Los Ángeles. Nadie sabía que estaba enfermo, y el día que falleció nosotros tocábamos con Ash en la sala The Roundhouse de Londres. Ash fue precisamente la primera banda que él firmó. Fue aquella una noche muy emotiva y una gran fiesta a su figura”, recuerda el vocalista.
El vocalista de The Gulps con uno de sus ídolos, Noel Gallagher.
“Desde que cerramos lo del flexi he ido unas seis veces a Londres a verlos tocar y he notado una progresión en cuanto a público muy importante, tienen cada vez más fans que cantan sus canciones, y sus directos no tienen nada que envidiar a ningún otro artista. Son muy cañeros y disfrutables en directo, unas estrellas a punto de explotar y lo vamos a ver pronto”, asegura Don Gonzalo, añadiendo que, a sus conciertos, se suman fiestones que siempre terminan de manera surrealista. “Ellos son muy disciplinados y una cosa no quita la otra: trabajamos y nos las pegamos, ¡es una relación preciosa!”, añade. Y, con respecto a McGee, afirma que le ha sorprendido mucho “la pasión con la que sigue haciendo las cosas después de tanto vivido, tiene la misma ilusión que si hubiese empezado hoy mismo a llevar una banda”.
The Gulps, no obstante, no es el primer grupo español (o medio español) que ficha por Creation. “No. ¡Antes fueron Duncan Dhu!”, confirma el escocés. Fue en 1988, cuando decidió editar un recopilatorio de los donostiarras para el mercado británico, con canciones de sus tres primeros discos, algo que dejó perpleja a la crítica de la época, ya que la banda de Mikel Erentxun no encajaba mucho con el catálogo de Creation. El mánager sostiene que fue una mujer española llamada Mariela quien le persuadió, antes de irse un poco por las ramas bromeando con que a él le gustaba mucho consumir éxtasis y visitar las discotecas de Ibiza en aquella época.
The Gulps sí encajan en su idiosincrasia y, además, Harry es una superestrella, también en las entrevistas. Un ejemplo: “Básicamente, nuestras canciones pretenden hacer sentir un fuego que te deje colgando en la eternidad. Ahora estamos grabando nuestro primer álbum, iremos sacando singles poco a poco, y nuestros planes de futuro son surcar los mares y poner el rock’n’roll de vuelta en el mainstream”. Acuérdense de su nombre.
The Gulps + Alan McGee DJ actúan el 24 de marzo en Madrid (Independance) y el 25 en Granada (Lemon Rock)
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