Un nuevo estallido social sacude al mundo, esta vez en Sri Lanka: luego de meses de protestas por el rumbo económico del gobierno, este sábado la tensión culminó con la toma de la residencia del presidente de la nación, Gotabaya Rajapaksa, por parte de miles de manifestantes.
Los videos difundidos a través de las redes sociales muestran como la multitud ingresa a la fastuosa mansión colonial de la cual Rajapaksa había huido minutos antes: los protestantes tomaron el hogar como propio, utilizando la piscina, las camas y hasta el gimnasio.
En el marco de la alta inflación, los faltantes de productos clave como medicamentos, alimentos y combustibles y frecuentes cortes de luz, los esrilanqueses salieron a la calle hace meses, con amplias protestas por el rumbo económico.
Ahora, luego de que el presidente declarara que el país se encuentra en bancarrota, millones tomaron su palacio ubicado en la capital del país, Colombo, el cual se trata de un símbolo de riqueza en la pequeña nación asiática, y lo obligaron a escapar.
Antes de la toma, Rajapaksa huyó y fue “escoltado a un lugar secreto” por el ejército, según indicó una fuente de Defensa que por una cuestión de seguridad no reveló la ubicación.
“Él sigue siendo el presidente, está protegido por una unidad militar”, añadió esta fuente, según la cual los soldados que custodiaban la residencia oficial dispararon al aire para disuadir a los manifestantes de acercarse hasta que Rajapaksa fuera evacuado.
Según informó la agencia de noticias Europa Press, luego de tomar la residencia presidencial otro grupo de personas entró en las oficinas del mandatario, también en la capital, y otro más se concentró en las puertas del Banco Central del país.
Sri Lanka se encuentra en su peor momento económico desde 1948, cuando la nación insular se independizó del Reino Unido: a la alta inflación que ascendió rápidamente en los últimos meses se suman la falta de divisas, la escasez de combustibles y alimentos, los faltantes de todo tipo de producto y los cortes eléctricos.
El gobierno declaró una moratoria sobre su deuda externa por 51.000 millones de dólares y, según sus autoridades, necesita unos 6.000 millones de dólares en ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de países como India y China para salir adelante durante los próximos seis meses.
La ONU estima, entre otras cosas, que alrededor del 80% de la población se salta las comidas para hacer frente a la escasez y al aumento de los precios, consignó la agencia de noticias AFP.
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