La junta militar birmana cifró este sábado en 694 los muertos, 1.670 los heridos y 68 los desaparecidos en la región de Mandalay, en la zona del epicentro del terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el viernes varias áreas de Birmania (Myanmar) y que se sintió en países vecinos.
El gobierno militar declaró el estado de emergencia e hizo una inusual petición de ayuda internacional; el sismo también causó víctimas en la vecina Tailandia.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el temblor se registró este viernes a las 12:50 hora local, a 10 kilómetros de profundidad y con el epicentro a 17 kilómetros de Mandalay, la segunda mayor ciudad de Birmania.
“Todos los edificios están completamente destrozados (…) Ha sido el caos”, dijo a EFE una mujer de 40 años desde Naipyidó, la capital birmana, una de las zonas afectadas por el terremoto.
“Ha sido espantoso. Me quedé atrapada en casa unos minutos”, añadió a través del servicio de mensajes de Facebook.
Las fuerzas armadas birmanas, que detentan el poder en Birmania desde el golpe de Estado de 2021, que sumió al país en la semianarquía y el conflicto, han declarado el estado de emergencia en seis zonas: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó y Bago.
En 2008, tras el impacto del ciclón Nargis en 2008, las autoridades castrenses de entonces tardaron en pedir asistencia, lo que perjudicó a las víctimas de un desastre que causó al menos 138.000 muertos.
Un trabajador de un equipo de rescate de Mandalay dijo hoy a EFE que no cuentan con las herramientas necesarias para buscar entre los escombros, y que de momento se limitan a “transportar pacientes y cuerpos” de fallecidos.
Imágenes de EFE muestran a trabajadores sacando a supervivientes de entre los escombros de edificios derruidos en Naipyidó, con los vecinos ayudando en las tareas.
El terremoto de Birmania podría ser el más grande en la zona en tres cuartos de siglo, y una combinación de tamaño y poca profundidad maximizará las posibilidades de daño, según diversos expertos, que llamaron la atención sobre el riesgo de la calidad de las construcciones.
Birmania se encuentra sumida en una espiral de crisis económica y conflicto desde la asonada, con enfrentamientos en gran parte del país entre el Ejército y guerrillas civiles y prodemocráticas.
“Este terremoto no podría haber llegado en peor momento para Birmania”, señaló en un comunicado el experto en Birmania de Amnistía Internacional (AI), Joe Freeman. (EFE)
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