La rivalidad en la década de los 80 entre Arnold Schwarzenegger y Sylvester Satllone forma parte de las leyendas más comentadas de Hollywood. Sin embargo, con el paso de los años, ambas estrellas del cine de acción han dejado esa competición atrás ahora que ya no compiten en la taquilla todos los años. Ni siquiera esconden la camaradería ni el respeto que se tienen frente al gran público, algo que el bueno de Sly acaba de reconocer en Arnold, el documental que acaba de estrenar Netflix sobre la estrella de películas como Terminator y Deprepador.
Para el actor de la saga Rocky, el panorama del cine de acción era muy diferente cuando los dos entraron en la industria: “La década de los 80 fue una época muy interesante porque el “hombre de acción” definitivo todavía no se había formado. Hasta ese momento, la acción era una persecución de coches como Bullit o The French Connection”. Para el dos veces nominado al Oscar, la entrada en la mítica década supuso el reemplazo de los vehículos como los principales impulsores de la acción en estos éxitos de taquilla, otorgando esa posición a figuras como la de Stallone y Schwarzenegger. De hecho, el primero le concedió al austriaco ser uno de los primeros actores en impulsar ese enfoque físico para el cine de acción.
“En realidad confiaste en tu cuerpo para contar una historia”, explica Stallone en el homenaje a Schwarzenegger. “El diálogo no era necesario. Vi que había una oportunidad, porque nadie más estaba haciendo esto, excepto otro tipo de Austria, que no necesita decir mucho…era superior. Simplemente tenía todas las respuestas. Tenía el cuerpo. Él tenía la fuerza. Ese era su carácter”, terminaba de elogiar a su compañero de profesión.
Sly recordó que la impresionante musculatura de su amigo lo hizo mucho más duradero en el set, lo que le permitió seguir interpretando a pesar de las lesiones que habrían obstaculizado a otros intérpretes: “Tenía que patearme el trasero constantemente, mientras que Arnold nunca se lastimó mucho y yo le decía ‘Arnold, podrías salir y luchar contra un dragón y regresarías con una tirita’”. Estos elogios en cambio, no fueron en una sola dirección, ya que el musculado actor de origen europeo también tuvo palabras de respeto, explicando que sin la figura de Stallone no habría estado tan motivado en los 80. “Cada vez que salía con una película como Rambo II, tenía que encontrar una manera de superar eso”, terminaba de sincerarse Schwarzenegger.
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