“Estados Unidos sabe un montón de cosas de nosotros, algunas de ellas bastante negras, pero no las va a sacar hasta el momento que considere oportuno”, subrayó Lorenzo Meyer.
La diferencia entre Estados Unidos y México respecto al crimen organizado es que, aquí, esta actividad sale a la sombra de altísimos políticos, de hombres muy poderosos tolerados por los respectivos presidentes de la República, explicó el académico Sergio Aguayo.
Y, por otro lado, que aun cuando siempre hubo denuncias apuntando complicidad de estos altos funcionarios con esos grupos delincuenciales, dijo, jamás fueron investigados a profundidad ni en México ni en Estados Unidos.
Por lo anterior, expuso que, en el caso de Genaro García Luna, también debe acusarse de complicidad a la Unión Americana.
“Como Estados Unidos tiene otras prioridades que suponen la alianza del gobierno mexicano en apoyo de sus políticas, entonces, no investigan a profundidad porque no les conviene, ni tampoco lo hacen las autoridades mexicanas”, apuntó durante la Mesa Política de Aristegui en Vivo.
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No obstante, consideró que la detención de Genaro García Luna puede ser el primer caso en el cual se rompa ese patrón, porque el extitular de la SSP fue protegido tanto por Calderón Hinojosa como por las agencias de seguridad norteamericanas.
“Ahora, lo que estamos viendo es cómo empiezan a salir evidencias de que tanto en Estados Unidos como en México había indicios, sospechas, posibilidades de que él estuviera ligado con las bandas criminales”, expuso.
“Está muy bien que nos centremos en Felipe Calderón y lo que calló, pero debemos incluir en el análisis por qué Estados Unidos, con toda su capacidad de espionaje y de intercepción de telecomunicaciones y de dar seguimiento a las transferencias financieras, hasta ahora, muchos años después, está descubriendo la complicidad de un altísimo funcionario mexicano”, abundó.
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Este fin de semana, el semanario Proceso publicó una entrevista que realizó el periodista J. Jesús Esquivel a la exembajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, quien reveló que el gobierno de Felipe Calderón sí sabía de los nexos del entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, con el narcotráfico.
Al respecto, el historiador Lorenzo Meyer señaló que Estados Unidos conoce mucho mejor a México de lo que nuestro país conoce a esa nación y que, por tanto, dicha nación sigue la lógica del poder: “ellos saben de todas las debilidades de la estructura gubernamental mexicana y las usan; tiene la información y, llegado el caso, la usan”.
“Estados Unidos sabe un montón de cosas de nosotros, algunas de ellas bastante negras, pero no las va a sacar hasta el momento que considere oportuno”, subrayó.
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“En este caso lo que a mí me parece importante es que se trata de un ejemplo más de los miles que hay de la relación de Estados Unidos con el resto del mundo, de conocer las entrañas del otro y usar ese conocimiento no para la búsqueda de la verdad y justicia, sino para el interés nacional norteamericano”, añadió.
Asimismo, señaló que otro punto interesante del análisis del caso es preguntarse el porqué Felipe Calderón toleró a García Luna.
“¿Cuál es la lógica en Calderón? Desde luego hay cosas que un presidente no sabe y que se las ocultan sus funcionarios, pero como los gobiernos son de múltiples piezas, una dice la que no y, al final, la información tiende a llegar al presidente. ¿Cómo un presidente puede ser prisionero de sus propios servicios de inteligencia?”, refirió.
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Para la politóloga Denise Dresser, también resultó difícil concebir que el expresidente Felipe Calderón desconociera que su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, tenía nexos con el narco.
“Desde el montaje de Florence Cassez, ya desde ese momento, Felipe Calderón sabía que García Luna estaba dispuesto a torcer la ley y, a partir de esa circunstancia, que fue un escándalo en México, si Felipe Calderón decidió cerrar los ojos, entonces, queda como un hombre cómplice, doble cara, en este momento, porque lo que está haciendo Roberta Jacobson es simplemente señalar que la información existía y que Calderón no actuó de manera deliberada o porque fue inocente”, señaló.
La también académica también enfatizó que García Luna nunca fue castigado ni investigado en México, y que lo hoy es gracias a que fue aprehendido el 10 de diciembre de 2019 en Estados Unidos.
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“Creo que hay que preguntarse sobre los actos de impunidad que Felipe Calderón impulsó y preguntarse por qué años después la entonces Procuraduría General de la República e incluso ya la Fiscalía General de la República, no actuaron en su contra”, manifestó.
“Quedan muchas preguntas que Felipe Calderón se ve obligado a responder y que no logró responder de manera adecuada en la carta a Proceso. El nombre de García Luna está inevitablemente vinculado a otra serie de personajes corruptos de su sexenio: Luis Cárdenas Palomino, Humberto Castillejos, Eduardo Medina Mora, Alfredo Castillo, Luis Miranda Nava, todos los hombres del presidente en turno involucrados en impulsar una guerra brutal, los responsables del México belicista”, agregó.