“Lo ideal sería que todos contásemos con la opción de morir en tiempo y forma”, afirma el doctor Jaime Federico Rebolledo Mota. “La voluntad anticipada es la vacuna para el cambio”, anota.
El tanatólogo mexicano J. Federico Rebolledo Mota, quien es autor y promotor de la Ley de Voluntad Anticipada y del proyecto Muerte Digna, le hizo llegar una carta a Alain Cocq -quien desde hace 34 años padece una enfermedad degenerativa, pero el presidente Emmanuel Macron le negó “el derecho a una muerte digna”-, en la cual le manifestó su apoyo y demandó a las conciencias que reflexionen sobre una muerte asistida.
“En casos como el tuyo, ¡manifiesto!, ¡reclamo!, ¡demando a las consciencias! que reflexionen y señalo que una muerte asistida, ‘no se debe entender como una instancia jurídica, sino como una exigencia ética‘”, sostiene.
“Entiendo tu lucha, más allá que la de Ramon Sanpedro, de Eulana y de muchos, muchos otros que han sido sometidos a la vida por la irreflexiva y absurda manera de enfrentar la muerte. Mejor dicho, de negarla. Hacer consciencia de que todos van a morir y debemos contar con LA OPCIÓN de hacerlo en tiempo y forma”, asegura.
“A pesar de haber alcanzado el “doble” de la expectativa de vida para la especie, todos los seres humanos vivos en este momento, (7 809 826 150. 12:44 horas del 5 septiembre de 2020 World0Meter), todos, (estadísticamente hablando), habremos muerto en menos de 100 años. (año 2120). Lo ideal sería que todos contásemos con LA OPCIÓN de morir en tiempo y forma“, afirma.
Y expone que “la muerte es un fenómeno consubstancial a la vida, (no su contrario). El enemigo no es la muerte sino la ignorancia. La muerte es parte de los cuatro acontecimientos fundamentales (Nacer, crecer, reproducirse y morir), y obedece a un mandato genético: La apoptosis o muerte celular programada: “instructiva”; las células mueren activamente de manera controlada para mantener el correcto funcionamiento del sistema, en aras del bien común”. La “sanitaria”; las células mueren de manera desordenada afectando al entorno”.
“Entendemos que nadie quiere morir como resultado de la paradójica aleatoriedad de la naturaleza, pero tampoco, al absurdo e incongruente proceder humano de tener que aguantar vejaciones y torturas de los ignorantes beneficentes y no maledicentes que bajo la consigna de que “es por mi bien”, harán lo que sea necesario para que no pueda morir hasta que ellos, ya “no puedan hacer nada”. La respuesta está en la posibilidad de terminar la vida humana de manera “instructiva”. Seguir la instrucción para morir activamente, de forma controlada en aras del bien común. Es posible mediante una muerte asistida en tiempo y forma. De otra manera, sufrir una muerte “desordenada”, afecta y lastima profundamente no sólo al que muere, sino a la humanidad toda”.
Rebolledo Mota apuntala que “la voluntad anticipada es la vacuna para el cambio. Cambiar los paradigmas saturados de modelos culturales caducos y anacrónicos propios del pensamiento oscurantista, mágico-religioso y las doctrinas esotéricas que consideran la muerte como un misterio, a las que lamentablemente se unen visiones científico- tecnológicas intervencionistas con intereses políticos y económicos que avasallan el conocimiento espurio de este proceso y lo usufructúan para efecto de control de las masas”.
“Me uno a Alain Cucq y aspiro a que se tome conciencia de que la muerte es un acontecimiento. ¡Un fenómeno! (que no un misterio) y que, al igual que el nacimiento, el crecimiento y desarrollo o la reproducción, la muerte merece ser ¡entendida y atendida! como parte fundamental de la salud humana”, concluye.
Para el doctor, en el caso de Cucq, “él no se quita la vida, ni de la vida, entiende racionalmente y decide terminar (eso que le llaman vida), en un acto de libertad y por el bien común”.
Carta by Aristegui Noticias