¿Te imaginas un lugar de España que tenga más turistas que habitantes? ¿Y que además sea uno de los más bonitos y más ricos en patrimonio del país? Pues existe, y te va a sorprender porque no tiene apenas habitantes. Este es el lugar de España más popular y masificado por los turistas: Albarracín, un pueblo medieval de Teruel que se llena de gente en verano, pero que se queda vacío el resto del año. ¿Quieres saber más sobre este destino tan singular? Te lo contamos a continuación.
El lugar de España más popular y masificado por los turistas
España tiene 48,3 millones de habitantes, según el INE, y sigue creciendo, sobre todo en las grandes ciudades. Pero hay zonas que se quedan vacías, como Soria o Teruel, que han perdido el 23% y el 6,2% de su población, respectivamente, en los últimos años.
Sin embargo, hay un pueblo de Teruel que se llena de gente en verano: Albarracín. Es el segundo lugar más masificado por el turismo de España, según un estudio de Holidu, solo por detrás de Peñíscola. Albarracín tiene menos de mil habitantes en invierno, pero recibe a más de 23.000 turistas en verano. Es decir, hay 23,3 visitantes por cada vecino.
¿Qué hace tan especial a Albarracín?
¿Pero por qué este pueblo crece tanto en turismo durante el verano? Pues por su belleza y la tranquilidad que ofrece, destacando su casco antiguo medieval, que es Monumento Nacional y candidato a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sus pinturas rupestres, que ya son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su entorno natural, con bosques, ríos y rocas rojas. Y su clima, más fresco que en otras partes de España.
Pero Albarracín no lo tiene fácil para recibir a tantos turistas. El transporte público es escaso: solo hay un autobús al día desde Teruel y no hay tren. El coche es la mejor opción, pero hay que pagar por aparcar hasta 4 euros al día. Y la vivienda es escasa: muchos propietarios prefieren alquilar sus casas solo para el turismo vacacional, que les da más dinero, y no hay suficientes viviendas de protección oficial.
Albarracín es un pueblo precioso y mágico, pero también frágil y vulnerable. La masificación turística puede dañar su patrimonio y su calidad de vida. Por eso, los viajeros deben ser cuidadosos y respetuosos con el pueblo y sus normas. Así, Albarracín podrá seguir siendo un lugar único y maravilloso para todos.
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