El ex secretario de Seguridad en el sexenio de Calderón se fue a vivir a EU y empezó “a tener esta vida de magnate que no se podía justificar con el salario que había recibido”.
Pasaron alrededor de dos años desde que se mudó a su casa en Miami, para que la DEA comenzara a investigarlo. Y pasaron cerca de 7, para que Genaro García Luna dejara ese inmueble, con todo y yate incluido, para pisar por primera vez en su vida una celda en Nueva York.
“¿Qué fue lo que salió mal?”, se preguntó la periodista Anabel Hernández, quien este fin de semana publica en Aristegui Noticias un reportaje al respecto: Follow de Money, así cazaron la DEA, ICE y UIF a Genaro García Luna y sus más allegados.
En él se detalla cómo la Fiscalía que lleva su caso apunta que “a lo largo de varios años, el acusado (GGL) ha utilizado varias técnicas para disfrazar el tamaño de sus verdaderos activos financieros, incluso mediante el uso de compañías fachada y prestanombres para adquirir activos para su uso”. Y citaron el ejemplo de la millonaria residencia y del Yate comprados por 274 SIGB.
“De acuerdo con la reconstrucción que yo he podido hacer, con información a la que tuve acceso desde el 2014, un pequeño equipo de la DEA en Houston empieza a tener información concreta, económica, para poder cruzar lo que eran comentarios que se escuchaban constantemente en testimonios de narcotraficantes y por otro lado descubrir cómo poder empatar y darle sentido a estos señalamientos”, comentó Hernández en Aristegui En Vivo.
“García Luna se equivoca, estaba demasiado confiado, antes de que termine el sexenio de Calderón compra una majestuosa residencia en Miami, con un yate, con un valor de más de 3 millones de dólares esta casa, empieza a tener esta vida de magnate que no se podía justificar con el salario que había recibido”, sostuvo la periodista.
Lo que empieza a investigar la DEA es de dónde viene esta casa y descubre que no era de empresarios Samuel y Alexis Weinberg, sino que estos eran en realidad prestanombres.
El reportaje indica que “la DEA había detectado un pago en efectivo de 3.3 millones de dólares para la adquisición de la propiedad, y de acuerdo a la información que tenían ese dinero estaba directamente vinculado a García Luna y a los sobornos que habría recibido de la Federación y del Cartel de Sinaloa. De acuerdo a la información a la que la autora tuvo acceso en ese momento, los funcionarios de la DEA no pensaban que eran dádivas o favores de los Weinberg a cambio de contratos y permisos recibidos por sus empresas en México cuando García Luna era secretario de estado, sino un esquema de simulación”.
Es decir, se trata de prestanombres para disimular que ese patrimonio no era suyo, anotó Anabel.
La Unidad de Inteligencia Financiera, en México, logra conectar cómo GGL, los Weinberg, y Luis Cárdenas Palomino, el brazo derecho de García Luna, “habrían recibido los mismos recursos de una empresa”.
Por ello, la UIF presentó dos denuncias penales contra Genaro García Luna y quien resulte responsable ante la Fiscalía General de la República (FGR) de las cuales están abiertas dos carpetas de investigación. Una por lavado de dinero, incluyendo delitos relacionados con delincuencia organizada y narcotráfico que se encuentra en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) Y la otra por actos de corrupción, que se encuentra en el despacho de la Fiscalía Anticorrupción de la FGR.
Hay, pues, una “amplia gama de involucrados”, en lo que constituye una “red compleja” que “seguramente dará muchísimo más de que hablar y de investigar”, comentó Hernández.
Lo que se puede notar ahora, dijo Anabel, es que a García Luna el “gobierno americano lo dejó andar, dejó que él mismo se confiara“. Y luego lo cazó.