Alejandro Ruiz daba sus primeros pasos en el mundo del pádel en el Circuito de Menores cuando le diagnosticaron la diabetes. Tenía sólo 10 años. El actual número 8 del mundo, que atendió a MD durante un circuito organizado por Adeslas, confiesa que “no tenía mucha información en ese momento” sobre su enfermedad y que tuvo que aprender a regular su propio cuerpo desde muy pequeño.
“Muchos niños y sus padres tienen dudas sobre si pueden practicar deporte y de si algún día podrán hacerlo a nivel profesional. Cuando me dijeron que era diabético tenía 0 información sobre el tema. Mi consejo es que con responsabilidad, control y disciplina un niño diabético puede llegar al máximo nivel deportivo”, explica. “En definitiva, son valores que compartimos todos los deportistas. Cuando estás a un nivel tan alto, es muy importante conocer perfectamente tu cuerpo. Ser diabético no te puede frenar de hacer absolutamente nada”.
Sin embargo, Alejandro confiesa que vive en un constante aprendizaje y eso es porque “en esta vida uno aprende poco a poco de las cosas que va haciendo mal y con el paso del tiempo va consiguiendo lo que se propone”.
En su tiempo libre, al andaluz le apasiona jugar a golf porque es un deporte que le aporta “mucha serenidad y me quita todo el estrés”. “Cuando estoy jugando a golf me olvido del móvil. Es un deporte que practicas en un paisaje espectacular y eso me da mucha tranquilidad, me aleja de cualquier presión”, insiste.
Por otro lado, Alejandro se declara un gran aficionado del Málaga C.F. y simpatizante del Real Madrid. “Me encanta el fútbol. Mi pasión por el Málaga me viene de familia pero siempre me ha hecho gracia el Madrid”, apunta.
Finalmente, “como buen español” no esconde su admiración por Rafa Nadal, “un deportista que atrae todo lo bueno”. “Es una persona que tiene unos valores impecables. Es un referente por muchas razones: su humildad, su trabajo y su compromiso con la familia”, sentencia.