El fuerte despliegue policial (una quincena de furgones y varios coches de la Ertzaintza) en la plaza de Garibaldi, en Mondragón (Gipuzkoa), impidió este sábado que se produjeran incidentes mayores entre dos grupos de manifestantes: los asistentes al acto convocado por Vox en homenaje a las víctimas del etarra Henri Parot y los simpatizantes abertzales que se concentraron en las cercanías para gritar consignas contra el partido de Santiago Abascal. La doble protesta, que se cerró con una carga policial contra los abertzales —que apedrearon los coches de la comitiva de Vox— y un hombre herido, fue la culminación a una semana de alta tensión en el País Vasco en la que el colectivo de apoyo a los presos etarras Sare, en una decisión insólita, acabó desconvocando la marcha de apoyo a Parot ante la presión de instituciones y asociaciones de víctimas.
Durante el homenaje de Vox a las víctimas de Parot, que lleva 31 años en prisión, estallaron varios petardos y un hombre, ajeno a las marchas, resultó herido: se trata de un anciano que fue arrollado por los encapuchados de las autodenominadas juventudes antifascistas cuando huían de la Ertzaintza. Fue trasladado en ambulancia con una brecha en la cabeza.
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También el PP celebró, sin incidentes, su propio acto de homenaje a las víctimas, con una concentración a la que asistieron sus cuadros del País Vasco y Navarra junto a la empresa en la que ETA secuestró durante 532 días al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara entre 1996 y 1997.
La izquierda abertzale había convocado inicialmente para este sábado un gran acto de apoyo a Parot, una marcha de 31 kilómetros por los 31 años que lleva preso (tras ser condenado a 4.000 años por 39 asesinatos, entre ellos los de varios niños). Pero la presión de las asociaciones de víctimas, las instituciones vascas y nacionales y los partidos políticos, acabó forzando la desconvocatoria, a pesar de que la justicia no la había prohibido.
El pastor y los lobos
Pese a los intentos de la organización por desvincular esa marcha del asesino, y argumentar que no habían convocado un homenaje a Parot, a Sare no le quedó más remedio el viernes que dar marcha atrás. El coordinador de Sare, el exconsejero del Gobierno vasco Joseba Azkarraga, anunció que desconvocaban el acto “para evitar la confrontación” con la ultraderecha.
“Es un triunfo de quienes estamos con las víctimas”, coincidieron todos los partidos políticos, aunque ni el PP ni Vox se quedaron satisfechos. El presidente del Gobierno y los jueces y fiscales fueron el blanco de sus críticas durante los actos que celebraron este sábado en Mondragón, en una jornada cargada de tensión pero que se solventó sin incidentes reseñables.
La vicesecretaria nacional de organización y presidenta de los populares de Navarra, Ana Beltrán, acusó a Pedro Sánchez de ser “el pastor que cuida a los lobos”, y le instó a elegir entre estar con “las víctimas del terrorismo de ETA o con los verdugos”. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, aprovechó su intervención para reivindicar su proximidad a Génova: “En este acto está el PP del País Vasco y de Navarra, el PP de España, y el PP de Pablo Casado”.
El propio José Antonio Ortega Lara, con un cartel en el que se leía “Justicia”, se abrió paso hasta el centro de la plaza de Mondragón acompañado de la cúpula de Vox con Santiago Abascal, Ortega Smith y Macarena Olona al frente. El presidente de Voces contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, acusó a jueces y fiscales de “mancharse las manos con la sangre de las víctimas” por no haber prohibido la marcha en favor de Parot.
La sala de lo contencioso del tribunal Superior vasco, primero, y la Audiencia Nacional después, rechazaron prohibir la marcha convocada por Sare, al considerar que no se puede restringir el derecho fundamental de reunión sin que “exista constancia” de que se “haya producido o se vaya a producir” delito alguno. También la fiscalía se pronunció en contra de la prohibición.
Por la tarde, juventudes de la izquierda abertzale reivindicaron en otra protesta la “amnistía” para los etarras, y la plataforma de apoyo a los presos reunió a los suyos para pedir un cambio del Código Penal, que ahora eleva hasta los 40 años de cárcel las penas por terrorismo.
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