La violencia de género es la acción violenta que vulnera el bienestar físico, psíquico o relacional de una persona debido a su sexo o su identidad de género. Se emplea intencionalmente para agredirla físicamente y causarle daño, o sicológicamente, para coaccionarla y manipularla convirtiéndola en el objeto de la acción violenta. Por eso diferenciamos entre tipos de violencia de género.
Cuando se habla de violencia de género pensamos inmediatamente en situaciones conflictivas en una pareja. Y, generalmente, en el hombre agrediendo a una mujer. La situación más común es esa, pero también existen otras en las que es el hombre que está siendo acosado y sufre este tipo de violencia por parte de su esposa.
La violencia de género no debe basarse en el sexo o la identidad sexual, debería hablarse en todo caso, de violencia de pareja.
Tipos de violencia de género
Econtramos la violencia física, que es todo aquel acto que inflige daño físico, temporal o permanente, a una víctima a través de una agresión directa. Golpes, heridas, fracturas o arañazos son las evidencias más comunes, pero también deben considerarse dentro del rango a los empujones y zarandeos, que no dejan marca física pero de todas formas son actos violentos.
En todos los tipos de violencia de género está presente la violencia psicológica, que no deja rastro físico pero sí emocional. La víctima se ve humillada, menospreciada y atacada psicológicamente.
Estos ataques violentos pueden ser llevados a cabo en forma directa, mediante insultos y vejaciones, o indirectamente, desvalorizando poco a poco a la pareja. Aún sin que la persona se entere que está siendo víctima de un ataque.
Se constata muy a menudo situaciones en las que la víctima no percibe, no se da cuenta de la agresividad del mensaje; no es consciente de que está siendo maltratada y es por lo que no emprende acciones contra el agresor.
En cierta medida podría considerarse dentro de la violencia física, pero la violencia sexual tiene sus características particulares. Se refiere a aquellas situaciones en las que una persona es forzada o coaccionada a llevar a cabo actividades de índole sexual, en contra de su voluntad.
Encontramos la violencia económica. Este tipo de violencia consiste en la reducción o privación de recursos económicos a la pareja y a cualquier integrante de la familia, como medida de coacción y manipulando al núcleo familiar con la intención de dañar la propia integridad.
Es típico que el agresor obligue a depender económicamente de él. De esa forma impide el acceso de la víctima al mercado laboral, entre otras acciones que son consideradas como uno de los más frecuentes tipos de violencia de género.
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