Tener canas y cubrirse de cabello blanco es un paso natural en la vida de una persona. Son el resultado del envejecimiento y, lamentablemente, no se pueden evitar. Pero lo que sí que se puede hacer es prevenir el envejecimiento prematuro, de modo que de alguna manera evitaremos que las canas aparezcan antes de tiempo. Para ello, nada como aplicar los tips que ahora os enumeramos.
Tips para prevenir la aparición de canas
El envejecimiento no se puede detener. Es un proceso biológico y año tras año notarás que tu piel y cabello cambian. Sin embargo, hay formas de camuflar y cubrir el cabello gris y blanco, pero ¿se pueden prevenir las canas?
Básicamente, las canas son naturales, y suelen aparecer de forma repentina ya sea con una cantidad mínima o que de repente notes que prácticamente todo tu pelo se ha cubierto de blanco. La pigmentación con respecto al envejecimiento del cabello es algo que está fuera de tu control. Se debe en gran parte a la genética y al envejecimiento en general y, desafortunadamente, no existen tratamientos para restaurar esos grises a su vigor natural.
Específicamente, las canas se producen porque las células que producen pigmentos (llamados melanocitos) comienzan a deteriorarse. Los melanocitos son las células que producen el pigmento ubicado cerca del bulbo piloso y sus células madre. A medida que tu cabello envejece, esos melanocitos no funcionan tan bien o comienzan a migrar desde el bulbo piloso, lo que provoca que aparezcan canas tanto de manera progresiva como de forma repentina.
¿Qué se puede hacer?
En realidad no podemos hacer nada, más allá de teñirnos el pelo para poder evitar que las canas se noten, pero sí que podemos hacer que el envejecimiento de esos melanocitos se retrase un poco.
En este sentido debes prevenir cualquier deficiencia de vitamina D, biotina y vitamina B12 que están asociadas con el envejecimiento prematuro. En este sentido lo ideal será obtener los niveles adecuados de cada uno, especialmente la biotina, que está directamente involucrada en la producción de queratina de tu cabello.
Otro tema a considerar es el estrés oxidativo que también suele ser algo confuso. Se ha demostrado que induce la migración de melanocitos fuera del bulbo piloso. En este sentido lo que tienes que tratar de hacer es limitar tu exposición al daño de los radicales libres, como el humo y la radiación ultravioleta, e introducir además en tu dieta, la ingesta de antioxidantes (piensa en la vitamina C y la vitamina E) para ayudar a controlar el estrés oxidativo y tomar lo siguiente:
Cobre
La deficiencia de cobre es otra de las causas que contribuyen a la aparición de canas. De hecho, este mineral ayuda a tu cuerpo a producir la melanina que necesita para darle color a tu cabello.
Entre los alimentos más ricos en cobre encontramos:
- frutos secos como avellanas, nueces, almendras y cacahuetes
- hígado (ganso, ternera, cordero y pato)
- hongos secos
- cacao y chocolate amargo
- almejas
- semillas de girasol
- salvado de trigo.
Selenio
El selenio es un mineral que actúa sobre la producción de ciertas hormonas , que son importantes para la salud del cabello. Por este motivo, el selenio se suele utilizar para el tratamiento de las canas, además de tener un papel fundamental en la lucha contra los radicales libres y el proceso de envejecimiento.
Los alimentos más ricos en selenio son:
- almejas
- pescado azul, especialmente atún y caballa.
- salmón
- germen de trigo
- pasas
- nueces
Vitamina B
Las vitaminas son esenciales para la salud general del organismo, pero las del grupo B son particularmente importantes para el cabello. La B3 , también conocida con el nombre de niacina , promueve la circulación sanguínea hacia el cuero cabelludo. La B5 , también llamada ácido pantoténico o vitamina W , combate la caída del cabello y el nacimiento de las canas. La B6, conocida como piridoxina, apoya la producción de melanina, que es esencial para mantener a raya las canas.
Las vitaminas B se pueden encontrar en los siguientes alimentos:
- ternera, aves y pescado (B3)
- cereales enriquecidos (B3)
- cacahuetes (B3)
- derivados de la leche (B3)
- huevos (B3)
- legumbres, especialmente garbanzos y frijoles secos (B5 y B6)
- despojos (B5)
- cereales integrales (B5)
- levadura de cerveza (B5)
- plátanos y ciruelas (B6)
- aguacate (B6).