Carmen Cervera, más conocida como Tita Cervera, cumple ocho décadas convertida en una de las coleccionistas más aclamadas a nivel internacional. La baronesa Thyssen saltó a la fama en 1961 como miss en varios concursos de belleza, pero alcanzó la cima social al contraer matrimonio con el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza. Poco a poco fue calando en la crónica social hasta pasar a ser un personaje recurrente en la prensa rosa, donde su vida más íntima ha salido a la palestra en más de una ocasión. Ahora, Tita no está en su mejor momento personal, soplando las velas con una guerra fría -todavía abierta- con su hijo.
El origen del enfrentamiento
Corrían los años 90 cuando Borja Thyssen conoció a Blanca, cambiando por completo la vida idílica que quería su madre para él. Desde entonces, la relación con su madre cayó en picado, siendo 2004 en año más controvertido. En marzo de ese año, la mujer del rico heredero se convierte en portada de Interviú y, aunque en un principio rompen su historia de amor, vuelven a darse una oportunidad.
Dos años después, Borja recibe como herencia cinco millones de euros, momento en el que decide dar portazo a su madre. Comienza a malgastar la fortuna y se refugia en Blanca, que tampoco pone fácil que madre e hijo se reconcilien. En 2007, Tita se entera a través de ¡Hola! de que su hijo se casa y que, además, se va a convertir en abuela por primera vez. Comienza entonces la guerra definitiva. Tita Cervera contrata los servicios de los detectives de Método 3 y se empiezan a filtrar los trapos sucios de su nuera. A pesar de todo, Borja se da el ‘sí, quiero’ y unos meses después da la bienvenida a Sacha Thyssen Cuesta.
A los tribunales
Cuando parecía que la tormenta había cesado, en 2009 Borja y Blanca son cazados robando documentación privada de Tita, a lo que esta responde denunciando a su hijo por revelación de secretos para la revista ¡Hola!. Diez años después, Borja se sentaba en el banquillo acusado por un presunto fraude fiscal. «Mi madre era una paranoica de la seguridad sobre todo a raíz de salir nuestros apellidos en las listas de ETA y por eso me asignó unos escoltas, pero yo no estaba al cargo de ellos», dijo ante el juez, dejando constancia de su mala relación. Un año después, Tita Cervera reaparecía frente a los medios de comunicación y defendía a su hijo tras los escándalos legales: «La Justicia sí le ha tratado bien, la prensa no. Se ha hecho mucha propaganda durante tiempo innecesario».
Una tregua necesaria
Han sido muchos los años en los que madre e hijo han dado declaraciones de lo más incendiarias en los medios de comunicación. Parece que las diferencias han quedado relegadas a un segundo plano, aunque la guerra continúa en pie. El año pasado, Tita posaba junto a Borja y Blanca en el acto que sellaba un acuerdo de colaboración del Museo Thyssen con el Ministerio de Cultura. Sin embargo, el pasado mes de enero, la baronesa Thyssen se sentaba en Viajando con Chester para volver a sacar a la luz este enfrentamiento con su hijo en el que, para ella, la única culpable es su nuera: Blanca Cuesta: «Las personas que están a su lado tienen otra mentalidad. Son otras personas. No son como era Borja ni como soy yo».
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