La politóloga observó que hubo “una parálisis” de los cuerpos de seguridad, la cual debe ser atendida con más y mejor entrenamiento.
La tragedia de Tlahuelilpan, Hidalgo, pudo haberse evitado si los elementos del Ejército y la Policía Federal hubieran tenido mejor capacitación para contener a la población, afirmó la politóloga Denise Dresser.
En #MesaPolítica con la periodista Carmen Aristegui, observó que una de las lecciones de la tragedia en Tlahuelilpan es la necesitad de brindarle mayor y mejor entrenamiento a las fuerzas de seguridad del Estado mexicano.
“Creo que era una falsa disyuntiva la de reprimir o no hacer nada. Creo que en ocasiones futuras debía haber otras alternativas y transitan necesariamente por la profesionalización de las fuerzas de seguridad del Estado en casos como estos”, en el que se vio “una parálisis”, añadió.
Dresser aclaró que no pretende restar responsabilidad a quienes estuvieron ahí, pero tampoco está de acuerdo con la andanada que criminaliza a los pobladores.
“Llevaban más de 15 días con una escasez de combustible muy intensa, con colas de muchas horas. Antes de calificar a esta población de ‘pueblo malo’ y exigir que se aplique la ‘mano dura’ en su contra, creo que es importante recordar que llevaban 15 días sin suministro y que además para alguien que está en una situación de tal desesperación, pensar que se está violando la ley mientras no se le aplica a otros.
“Una lección es que es muy difícil, desde el propio gobierno, pedir que se respete la ley, cuando el propio gobierno la está aplicando de manera discrecional, y me refiero al caso de Carlos Romero Deschamps“, añadió.
Por su parte, el historiador Lorenzo Meyer recordó que la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, es una de las consecuencias de un fallo en la red institucional del país.
Señaló que en el caso de Petróleos Mexicanos, “la semilla se sembró” desde la expropiación petrolera.
“Cuando el general Lázaro Cárdenas toma de decisión de enfrentarse a las empresas extranjeras y expropiar y nacionalizar el petróleo se encuentra con una especie de maldición que le lanzan los afectados, y es que México no va a poder manejar la industria petrolera que es una de las industrias más complejas del mundo, y que entonces se iba a ahogar con su petróleo”, abundó.
En esas condiciones, el gobierno de Cárdenas tuvo que recurrir a los sindicatos petroleros, los cuales después se integraron en uno solo.
“Desde el principio, el sindicato dijo que quería una posición privilegiada, no era gratis la idea de ayudar… De ahí viene una relación de dependencia”, expresó.
Comentó que por décadas faltó el “valor político” para enfrentar al sindicato, por lo que llegamos al punto en el que Pemex se está desangrando por la corrupción y la falta de inversión.
Meyer consideró que es muy complejo para el gobierno decidir qué hacer en este tipo de casos, ya que una semana antes se había reportado un intento de linchamiento contra militares en esa misma comunidad.
En su opinión, la explosión en Tlahuelilpan debe servir para que la sociedad deje la pasividad, exija y haga el diagnóstico de lo que pasó.
Asimismo, destacó la importancia de que los mexicanos se empiecen a preparar para el ‘huachicol eléctrico’, ya que por un lado están los “diablitos”, y por el otro, la venta de empresas privadas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Dresser comentó que si bien hay una parte de la opinión pública que celebra el combate al huachicol, preocupa la premura en la toma de algunas decisiones, por ejemplo, la compra de gasolina al extranjero, la transportación mediante pipas y la adjudicación directa de las Tarjetas del Bienestar a Banco Azteca, de Ricardo Salinas Pliego.
“Esto corre en contra de la promesa de separar el poder político del poder económico, de lo que se nos dijo en campaña y que fue una de las razones por las que se votó por López Obrador, el desmantelamiento de ‘la mafia del poder’, de la cual, ostensiblemente y según el propio López obrador, (Salinas Pliego) ha formado parte”, agregó.
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