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Tocar el Sol, la misión más arriesgada de la NASA

El Sol, ese astro dorado que puede definirse como uno de los elementos más adorados por los seres humanos. Las antiguas civilizaciones consideraban a nuestra estrella un dios supremo del que dependían todas y cada una de las formas de vida del planeta. Un lucero resplandeciente al que incluso se le llegaron a ofrecer sacrificios humanos por parte de algunas culturas. Está claro, el Sol siempre ha sido un elemento destacado tanto para la cultura como para la supervivencia de todos los seres vivos. Por eso la NASA quiere acercarse lo máximo posible al astro rey en una novedosa misión en la que se ha propuesto ‘tocar el Sol’. Te lo contamos.

Más cerca que nunca

La Sonda solar Parker será la más rápida de la historia

Desde la NASA siempre se han propuesto misiones imposibles que no se creían efectivas hasta que se acaban haciendo realidad. Es el caso de la Sonda solar Parker, un dispositivo que aprovechará la gravedad de Venus para acercarse lo máximo posible hasta el mismo centro del sistema solar. Una tarea que se hará efectiva en el año 2024 y que acercará a la novedosa sonda a solo 6 millones de kilómetros de la superficie del Sol. Una distancia histórica que incluso se encuentra hasta 9 veces más cerca que Mercurio, el planeta más cercano a la estrella.

El objetivo de todo esto no es más que comprender de la mejor forma los patrones climáticos del Sol y los diferentes efectos secundarios que producen en nuestro planeta. Las tormentas solares y el exceso de radiación son otro de los elementos fundamentales que examinará de cerca una sonda que saldrá de la Tierra el próximo 31 de julio de 2018. Cabe destacar que esta misión contará con el Delta IV Heavy, el cohete más potente de la actualidad. Lo que convertirá al Sonda solar Parker en la nave espacial más rápida en su lanzamiento, superando el récord de New Horizons.

Mecanismos de protección

Las tormentas solares son uno de los fenómenos que quieren estudiarse

Acercarse tanto al sol significa adentrarse en un auténtico infierno donde el calor y la radiación son los protagonistas. La sonda Parker se verá envuelta en unas temperaturas cercanas al millón de grados Celsius por lo que los mecanismos de protección de la nave deben ser muy minuciosos. Cabe destacar que dado que la corona tiene una densidad muy baja, la sonda únicamente tendrá que enfrentarse a unos 1.400 grados Celsius procedentes de la luz solar directa.

Desde la NASA han ideado un complejo sistema de refuerzo basado en un compuesto especial de carbono que actúa como escudo. Un blasón de 4,5 pulgadas de espesor que mantendrá a salvo el interior de la nave a una temperatura media de unos 20ºC. Sin olvidarnos que este espectacular escudo está perfectamente preparado para aguantar niveles de radiación hasta 500 veces superiores a los de la Tierra.

¿Tú que opinas? ¿Conseguirá la NASA tocar el Sol?


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