Todos los que nacimos en los años 90 comimos algunas patatas fritas en nuestra niñez que ya no venden. ¿Quién no se acuerda de los gusanitos Rufinos? Estos aperitivos de maiz horneados eran los favoritos de muchísimos niños, pero de pronto desaparecieron de la noche a la mañana.
El usuario de TikTok @riquevi_ ha recopilado algunas de las patatas fritas que ya no se fabrican, las cuales recordamos con gran cariño. En primer lugar, como no podía ser de otra manera, los gusanitos Rufinos, con su característica bolsa de color azul. Tenían un sabor delicioso y una textura crujiente, y todos disfrutamos de ellos alguna que otra vez con nuestros amigos en el parque.
¡Las Jetas de Grefusa! Eran unas patatas crujientes con forma de cara que no solo gustaban a los más pequeños, sino también a los mayores. En los años 90 había una auténtica fiebre por los Cheetos, que se vendían en multitud de formas y sabores. Unos de los que más éxito tuvieron fueron los Cheetos Checkers con sabor a queso y bacon. La bolsa valía 50 pesetas, 0,30 euros al cambio, e incluía tres tazos de Pokémon.
Continuamos con los Cheetos, en este caso los Mordiscos. Estos llegaron mucho más tarde al mercado, porque la bolsa que apaece en el vídeo compartido en TikTok caduca el 11 de enero de 2015. ¡Y más Cheetos! En forma de bola y con sabor a queso, los niños losadorábamos. Y tú, ¿cuántas de estas patatas recuerdas?
A juzgar por los comentarios del vídeo, son muchos los que quieen de vuelta los gusanitos Rufinos: «Los Rufinos son y serán los mejores gusanitos del mundo mundial»; «Solo por los Rufinos ya te mereces un like».
@riquevi_ No sé si alguno se sigue haciendo hoy día yo al menos hace mucho que no loa veo … ¿Los recordabas todos? ¿Sabéis alguno más para parte 2? Os leo… ah! y seguidme! #ParaTi #FyP #viral
El curioso origen de las patatas fritas de bolsa
Aunque es difícil determinar con total exactitud quién fue el verdadero inventor, la historia indica su posible origen en la ciudad de Nueva York a mediados del siglo XIX. Nacieron de la mano de George Crum, un chef de Saratoga que trabajaba en el resort Moon’s Lake Lodge.
Sus patatas fritas eran muy populares entre los clientes del restaurante. Un día, uno de los comensales le dijo que eran demasiado blandas y gruesas. No le gustó su crítica, así que cortó las patatas lo más finas que pudo, las frío a fuego fuerte y le añadió sal. Sin embargo, las patatas no le desagradaron al comensal, sin más bien todo lo contrario, hasta el punto de que pidió una ración más.
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