Detrás de Karlos Arguiñano hay mucho más que un gran cocinero y un buen contador de chistes. Son ya varias las décadas que han transcurrido desde que empezó a crear recetas para todos los telespectadores. A sus recién cumplidos 74 años es todo un padre de familia más que numerosa. Sus siete hijos, fruto de su matrimonio con María Luisa Ameztoy Alfaro,’Luisi’ para sus allegados, han decidido en su mayoría seguir los pasos de su progenitor. Pero no todos. Este mismo martes, el ya considerado uno de los chefs más reputados del panorama nacional celebra una nueva vuelta al sol, habiéndose convertido en todo un referente culinario tanto dentro como fuera de nuestras fronteras no solo por sus dotes en la cocina, sino también por su cercanía y espontaneidad.
Aunque no habla mucho de ello, es sabido que Karlos Arguiñano cuenta con una familia numerosa que permanece muy unida pese al paso de los años. El cocinero, su esposa y sus siete hijos han conseguido formar un clan prácticamente irrompible, sabiendo respetar en todo momento un segundo plano que otorga el máximo protagonismo al vasco.
Pero, ¿qué se sabe de los descendientes del chef? En primer lugar, sus nombres. Eneko, Zigor, Karlos, Martín, Joseba, Amaia y María. Cinco de ellos han sido los encargados de seguir con la actividad empresarial de su padre. Hablamos del hotel Karlos Arguiñano, ubicado en la guipuzcoana localidad de Zarautz. Y así se lee en la web del establecimiento: «Cinco de los hijos del gran chef vasco han cogido el testigo para administrar y gestionar este establecimiento y seguir ofreciendo la mejor calidad en todo lo que hacen: excelencia y calidad en el hotel, el restaurante, el bar y la bombonería».
Se especifica incluso qué rol ocupa cada uno. Uno de los mayores, Eneko, se encarga de dirigir el restaurante y coger las comandas de los clientes. También suele ser el que tiene la faceta más mediática de todos porque suele aparecer en los reportajes que se hacen del hotel. La jefatura de cocina recae en las manos de Igor, quien se encarga de mantener en auge el prestigio culinario de la cocina. Ha participado en concursos como el de Pintxos de Bacalao de Gipuzkoa, donde registró un meritorio tercer lugar.
Al lado de Igor está María, la otra jefa de cocina e hija adoptiva de Arguiñano y Luisi. Su historia es particular ya que el cocinero vasco la conoció en la casa de Buenos Aires (Argentina) donde vivió a finales de los 90. Los medios locales argentinos hablan de un talento culinario que le hizo mudarse a Zarautz, donde fue acogida por la familia: «Me siento bien, rodeada de cariño. Ellos son mi familia, son mis padres adoptivos, mis hermanos, trabajamos de igual a igual. ¿Dónde podría estar mejor?», comentó en una entrevista.
«Tanto mis hermanos como yo nos fuimos incorporando gradualmente (a la empresa). Se fue dando poco a poco, casi sin darnos cuenta. (Mantenemos el buen clima laboral en la familia) Porque siempre hicimos cosas en grupo, en la casa y en el trabajo», explicó en una entrevista con ‘Check In News’.
Martín también es clave en el engranaje del Karlos Arguiñaño Hotel. Gestiona todo el complejo familiar. Él mismo señalaba cómo habían empezado su andanza empresarial: «Tanto mis hermanos como yo nos fuimos incorporando gradualmente (a la empresa). Se fue dando poco a poco, casi sin darnos cuenta. (Mantenemos el buen clima laboral en la familia) Porque siempre hicimos cosas en grupo, en la casa y en el trabajo», explicó en una entrevista con ‘Check In News’.
Son dos los hijos de Arguiñano que no se dedican a la cocina. Se trata de Karlos -que se desenvuelve en el cine- y Amaia, especialista en telemetría, disciplina que ayuda a los pilotos de carrera a mejorar sus guarismos.