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todo lo que pierde con su separación

El 2022 comenzó con una noticia que salpicó de lleno a la Familia Real española, ya que salieron a la luz unas imágenes de Iñaki Urdangarin junto a otra mujer en actitud cariñosa que no era la infanta Cristina. Se trataba de Ainhoa Armentia con quien trabaja en el despacho de abogados Imaz & Asociados y, con quien mantiene una relación sentimental aparentemente estable.

Iñaki Urdangarin en el juzgado / Gtres

Cinco días después, el ex duque de Palma y la Infanta emitieron un comunicado conjunto. El matrimonio indicó que “interrumpen su relación matrimonial». La misiva oficial emitido fue claro, conciso y despejó todas las dudas al respecto: “De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin”, finalizaron.

De esa manera, anunciaron que el matrimonio que se formó un 4 de octubre de 1997 tocó su fin. Cuando salió a la luz la noticia, este digital pudo saber que el informar de su nueva situación conyugal fue una decisión de ellos y que no fue consensuada con Casa Real. Mientras Iñaki ha continuado su romance con Armentia, la hija de don Juan Carlos y doña Sofía parece ser que no ha rehecho su vida. Pero, ¿qué a qué situación se enfrenta Iñaki Urdangarin tras su separación?

Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina paseando / Gtres

Cuando se dieron el ‘sí, quiero’ lo hicieron bajo el régimen de separación de bienes. Al no tener ninguna propiedad compartida, facilita mucho este entramado económico al que se podrían enfrentar. Además de casarse firmaron unas capitulaciones matrimoniales para que, si se separaban, saber qué hacer y qué pasos tenían que seguir. Dichas capitulaciones estarán en el Registro del Estado Civil de la Familia Real, dado que cuando pasaron por el altar, la Infanta pertenecía a la Corona, tal y como publica Vanitatis.


Existe también la posibilidad de que Urdangarin tenga que firmar un acuerdo de confidencialidad que le impedirá hablar de lo que haya podido enterarse durante el tiempo que sí ha formado parte de la Familia Real española. Este punto suele ser un requerimiento habitual en personas de un perfil alto o elevados patrimonios.

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín en su boda / Gtres

Otro de los puntos a tratar es que Iñaki podría pedir una pensión a la madre de sus cuatro hijos. En los últimos años, la hermana del Rey Felipe VI ha asumido la mayor parte de los gastos familiares, sobre todo desde que estalló el caso Nóos y el posterior ingreso en prisión del ex jugador de balonmano. Por otro lado, Cristina de Borbón percibe un sueldo más elevado que el de su marido, ya que ella tiene un cargo de alta dirección en la Fundación La Caixa y en la Fundación Aga Khan. Al separarse, él sería quien saldría económicamente perjudicado, por lo que podría pedir una pensión compensatoria. La cantidad a pagar se puede fijar como una pensión temporal o por tiempo indefinido o, en una prestación única, tal y como se determine en el convenio regulador, según el artículo 97 del Código Civil.

La situación con sus hijos

Llegados al punto de que oficialicen una separación matrimonial, tendrán que llegar a un acuerdo en cuanto a la manutención de sus cuatro hijos. De esta manera, la ex pareja deberá acordar qué cantidad aportarán cada una de las partes. La legislación no establece una edad máxima para recibir la pensión de alimentos, pero suele estipularse una vez cumplen la mayoría de edad. Se mantiene dicho derecho si los hijos cursan estudios o si sus ingresos les impiden subsistir por ellos mismos. Debido a que tres de ellos están estudiando y la más pequeña es menor, cada uno de ellos sí tendrían derecho.

Los escoltas de Iñaki Urdangarin

Otra de las consecuencias que sufriría a corto plazo es que Iñaki Urdangarin se quedaría sin escoltas, al igual que le pasó a Jaime de Marichalar cuando se divorció de la infanta Elena. Esta determinación está en manos del Ministerio del Interior, que es quien debe valorar si requiere de algún tipo de sobreprotección o no o, por el contrario, vuelve a ser un ciudadano de a pie.


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