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Todo lo que quieres saber de la esponja de Konjac

No es ningún secreto que las coreanas pueden presumir de una piel radiante gracias a sus exhaustivos rituales de belleza. Aunque son numerosos los productos que utilizan y que poco a poco van llegando a nuestro país, no siempre es fácil adaptarnos a una rutina facial tan estricta como la que siguen ellas. Sin embargo, sí que es posible ir incorporando algunos elementos que nos permitan presumir de cutis. Uno de los básicos del ritual coreano son las esponjas de konjac.

Las esponjas de konjac proceden de la raíz de un árbol llamado amorphophallus konjac, una planta de origen asiático. Para su fabricación, se muele la raíz del árbol y se mezcla con agua. Justo después de cocerla se convierte en esponja. Por este motivo se trata de un producto 100% natural y biodegradable y además un accesio muy recomendable para cualquier rutina de belleza zero waste y vegana.

La esponja de konjac puede ser utilizada en cualquier tipo de piel, incluidas las más sensibles. Se puede emplear para la limpieza facial diaria, ya que limpia en profundidad el rostro, tanto por la mañana como por la noche y elimina las células muertas gracias a la suave exfoliación que es capaz de realizar.

Aunque a primera vista parece un accesorio áspero y seco, es necesario remojarla en agua templada antes de su uso para que se vuelva suave y blanda. Al entrar en contacto con la humedad, la esponja se ablanda y se hincha.

La esponja es perfecta para ayudar a limpiar la piel / Gtres

Es mejor usarla cuando la piel está relativamente limpia. Esto significa que no es muy adecuado utilizar la esponja cuando se está muy maquillada, sino que es preferible desmaquillarse primero y terminar de limpiar la piel después. Así no solo se consigue una mayor eficacia, sino que además se preserva la esponja en buen estado por un período más amplio de tiempo.

No es necesario aplicar lociones o jabones para utilizarla, sino que se puede usar tal cual, al natural.  La propia esponja es capaz de eliminar las impurezas de la piel y limpiar los poros, aunque no es incompatible con el uso de algunos productos. En este caso, es mejor un jabón sólido libre de plásticos.

Las esponjas de konjac suelen tener una duración aproximada de unos tres meses, aunque es importante mantenerla en buen estado. Para esto, después de cada uso hay que enguagarla y aclararla bien, escurrirla y dejarla secar en un lugar fresco y seco. La mayoría de ellas llevan incorporado un cordel que es perfecto para colgarla de algún sitio para que termine de secarse. De vez en cuando puede hervirse durante unos minutos para desinfectarla del todo.

Aunque se han hecho muy populares para el cuidado del rostro, este tipo de esponjas también son perfectas para la piel del cuerpo. En la actualidad hay diferentes tipos de esponjas de Konjac, que se adaptan a las necesidades de cada piel:

-La blanca: elaborada con Konjac puro e indicada para todo tipo de pieles.

-La negra: de carbón de bambú, perfecta para pieles jóvenes, con acné y manchas.

-La verde: elaborada de arcilla verde francesa e indicada para pieles mixtas y grasas.

-La roja: para pieles maduras, de arcilla roja francesa.

-La rosa: perfecta para las pieles más deshidratadas y sensibles.

Están disponibles en numerosas tiendas físicas y online, desde Sephora a Mercadona, así como en plataformas especializadas en cosmética coreana y sus precios parten de los 3 euros. ¿A qué esperas para hacerte con la tuya?.




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