WASHINGTON – Elementos del grupo terrorista ISIS trabajan para reconstruirse en el occidente de Siria, donde Estados Unidos tiene poca visibilidad o presencia, alertó el miércoles el principal comandante estadounidense para el Medio Oriente.
En la región al oeste del río Éufrates donde el régimen sirio tiene el control “las condiciones son tan malas o peores” que las que precedieron al alzamiento de ISIS, dijo el general Frank McKenzie. “Todos deberíamos de estar preocupados por eso”.
McKenzie señaló que los insurgentes están operando con algún grado de libertad, y comentó que EEUU y sus aliados tienen poca esperanza de que el régimen sirio hará algo para aplacar al grupo en esa región.
Hablando por internet con el Instituto de la Paz de Estados Unidos (USIP por sus siglas en inglés) desde su oficina del Mando Central en Tampa, McKenzie dijo que las labores para retirar personas de los campamentos de refugiados sirios se han complicado y postergado aún más por la pandemia de coronavirus. Y eso, comentó, aviva las preocupaciones sobre la radicalización de la gente en los campamentos, particularmente de los jóvenes, y los funcionarios temen que sean caldo de cultivo para los insurgentes de ISIS.
El campamento Al Hol, en el noreste de Siria, alberga a unas 70,000 personas, la mayoría mujeres y niños, que fueron desplazadas por la guerra civil en la nación de Medio Oriente y la lucha contra ISIS. Muchos huyeron mientras las Fuerzas Democráticas Sirias despejaban los últimos reductos controlados por el grupo el año pasado.
Leanne Erdberg Steadman, la directora del USIP para contrarrestar el extremismo violento, dijo que sacar a la gente de los campamentos es crucial para hacer que abandonen la violencia y aseguren un nuevo futuro. Las autoridades dijeron que se han registrado los primeros casos confirmados de COVID-19 en Al Hol.
Un ataque con coche bomba cerca de un mercado en la provincia de Nangarhar, en Afganistán, dejó este martes al menos tres muertos y cinco personas heridas. Hasta el momento ningún grupo se ha adjudicado la responsable del ataque.
McKenzie dijo que las inquietudes en torno a impedir la propagación del virus entre aliados europeos y otras naciones de la región han complicado las labores para repatriar a los residentes de los campamentos a sus naciones de origen.
La repatriación es fundamental para vaciar los campamentos de refugiados, y EEUU ha presionado para que los aliados reciban a sus ciudadanos. La mayoría de las naciones, sin embargo, se han mostrado reacias a acoger a posibles insurgentes de ISIS. Y la potencial propagación del COVID-19 se ha convertido en un temor adicional.
Grupos humanitarios señalaron que muchas de las mujeres y niños no representan riesgos, pero las autoridades apuntaron que hay muchas mujeres que estaban radicalizadas y eran activas en el grupo extremista.
McKenzie dijo que a menos que los líderes políticos encuentren una forma para desradicalizar y repatriar a las personas desplazadas que se encuentran en los campamentos, habrá otro resurgimiento de ISIS en el futuro.
“A medida que los jóvenes crezcan, vamos a volver a verlos a menos que podamos convertirlos en miembros productivos de la sociedad”, puntualizó. “Podemos lidiar con este problema ahora o enfrentarlo exponencialmente peor dentro de unos años”.