PRAGA – El número de víctimas mortales por el tornado que azotó la noche del jueves el sureste de República Checa aumentó este viernes a cinco mientras que más de 200 personas resultaron heridas por la ola de destrucción de unos vientos huracanados de hasta 186 millas por hora, según informaron los equipos de rescate.
La tormenta afectó sobre todo a las localidades moravas de Hrusky, Mikulcice, Moravská Nová Ves y Luzice, y obligó a cerrar el tramo de autopista D2 entre las ciudades de Brno y Breclav, que se reabrió la mañana de este viernes.
“No duró ni 10 minutos y sembró la muerte. Me ha tocado vivir esto al final de mi vida”, dijo a los medios locales una anciana de 86 años en Moravska Nova Ves, una de las poblaciones más afectadas.
Los bomberos informaron que ya no esperan encontrar más víctimas entre los escombros, aunque seguirán con sus trabajos hasta la noche.
El gobierno checo aseguró que dará casi $2,400 a las familias más afectadas para comenzar las reparaciones, y los alcaldes de esas localidades hicieron llamamientos a la población para que acoja temporalmente a los damnificados.
La razón es que muchas viviendas sufrieron daños de tal envergadura que deben ser demolidas.
El potente tornado azotó el este de Texas, causando la muerte de una persona y dejando vecindarios destrozados.
Los bomberos hicieron un llamamiento a la población a no desplazarse a las zonas afectadas para ayudar, debido al mal estado de algunas de las vías de comunicación, e instaron más bien a colaborar con ayuda económica.
La autoridad ferroviaria informó de que se interrumpieron conexiones de trenes en 22 tramos, y de que existen complicaciones en toda esa región del sudeste del país.
UNA ESTELA DE DESTRUCCIÓN TRAS EL PASO DEL TORNADO EN REPÚBLICA CHECA
Bolas de granizo del tamaño de pelotas de golf y vientos huracanados con un tornado derribaron numerosos árboles y causaron grandes destrozos en edificios y automóviles a última hora de la tarde del jueves, según la televisión pública CT.
El tornado causó una gran devastación, con automóviles, autobuses y camiones volcados y edificios con paredes y techos derruidos.
“En 10 minutos el pueblo quedó arrasado. Probablemente hubo muertos. Después no había señal y los bomberos tardaron una hora en llegar”, describió para CT Marek Kosut, alcalde de una pequeña localidad afectada.
Unas 100 unidades de bomberos, con vehículos pesados y perros, operan en la región, y en este dispositivo también colaboraron unidades de Eslovaquia y Austria.
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