El expresident de la Generalitat Quim Torra ha anunciado este jueves que abrirá en Girona la oficina a la que tiene derecho como exjefe del Govern. El despacho estará ubicado en la casa Solterra, un edificio del siglo XV y que alberga la sede de los servicios territoriales del departamento de Cultura. Torra ha pedido oficialmente a la Generalitat acogerse al estatuto del expresidente, la norma bajo la cual, además de la oficina, recibe otras prebendas como una asignación mensual, que asciende a unos 10.200 euros al mes durante cuatro años, y tres asistentes.
Torra es el primer expresidente de la Generalitat que opta por ubicar su oficina fuera de la capital catalana. Como adelantó este diario, el expresident ya buscaba sitio incluso antes de que el Tribunal Supremo ratificara su inhabilitación por desobediencia y se había decantado por Girona. En muchas ocasiones, Torra había criticado la falta de compromiso con la independencia y “provincianismo” de Barcelona frente a Girona, donde gobierna Junts per Catalunya.
En un comunicado, Torra ha expresado que esa activación del estatuto que le quedará “sin efectos” en el caso de que el Tribunal Constitucional acepte las medidas cautelares pedidas por su defensa y que pasan por que se deje sin efecto su inhabilitación. El mismo tribunal descartó unas medidas cautelarísimas en ese mismo sentido.
De acuerdo con esa norma, los expresidentes tienen derecho a recibir una asignación mensual equivalente al 80% del sueldo “por un periodo equivalente a la mitad del tiempo que han estado en el cargo y, como mínimo, por una legislatura”. El salario de Torra, antes de ser inhabilitado, era de 153.000 euros anuales.
Ni la asignación mensual ni la pensión vitalicia (equivalente al 60% de lo que devengaba como president una vez cumpla los 65 años) son compatibles con sueldos de otras instituciones. Sí se puede compaginar actividades privadas con el funcionamiento de la oficina del expresident. De hecho, el exlíder del PSC, José Montilla, se vio visto envuelto en una polémica a principios de este año por mantener ese despacho sufragado con dinero público con el ser consejero independiente de la empresa cotizada Enagás.
Torra, como el resto de expresidentes, tiene derecho a con tres asesores, chófer, seguridad e infraestructura para su oficina. Jordi Pujol renunció a todas las prebendas tras conocerse el escándalo de la herencia familiar escondida en Andorra y no declarada ante la Agencia Tributaria. El dinero que le corresponde a Pasqual Maragall, enfermo de Alzhéimer, se dedica a cubrir sus necesidades de atención médica. La Generalitat destina 276.000 euros al año para sufragar esas oficinas.
Source link