La sede de SpaceX, cuartel general de Elon Musk en California, amaneció el Día de la Tierra con un mensaje que decía: “Marte apesta. Fdo: la Tierra”. La frase, impresa en la valla más cercana a sus oficinas, era una crítica a los planes del magnate de transformar Marte en un planeta habitable. La imagen dio la vuelta al mundo y desapareció 30 horas después. “Fue una idea que le propusimos a un cliente, y como al final se echó para atrás, decidimos pagar nosotros la valla. Es ridículo invertir millones en colonizar Marte en vez de intentar salvar la vida en la Tierra”, dice Paco Conde, cofundador y creativo de la agencia Activista, con sede en Los Ángeles, que aparece en la pantalla de Zoom con ese mismo mensaje impreso en su camiseta: “Mars Sucks”.
Conde y su socio, Beto Fernández, decidieron hace una década aplicar la lógica a la creatividad y sus ideas revolucionaron el sector. Una de las primeras fue Inmortal Fans. En 2013 propusieron a los socios del Sport Club Do Recife (equipo de fútbol de la primera división de Brasil) que se hiciesen donantes de órganos para que sus ojos o pulmones siguiesen formando parte de la hinchada del club incluso después de fallecer y consiguieron 51.000 tarjetas de donantes, un número superior a la capacidad del estadio.
“El trabajo de un creativo no es inventar. Es observar, encontrar verdades universales y transformarlas en ideas. Con Inmortal Fans conseguimos reducir a cero las listas de espera en trasplantes de córnea y corazón en la región”, explica Conde. Tras el éxito, recibieron propuestas para replicar la acción. La BBC publicó un artículo que sostenía que el PSG y el FC Barcelona estaban interesados. Propusieron a Barclays, principal patrocinador de la Premier League, que apadrinase la idea. “¿Os imagináis cuántas vidas se podrían haber salvado si la Premier hubiese apoyado la iniciativa? No sé por qué no salió, pero no puedo evitar pensar que como industria somos un poco gilipollas, porque creemos que una idea hecha no se puede volver a replicar. Estoy convencido de que, si los publicistas manejasen Marvel, que vive de las secuelas, la franquicia se habría hundido hace años”, remata Beto.
En octubre de 2021, tres días antes de inaugurarse la cumbre mundial del clima, Naciones Unidas lanzó un impactante vídeo para advertir a los gobiernos sobre la necesidad de frenar el cambio climático. En el corto, un dinosaurio irrumpe en el icónico plenario de la sede de la ONU en Nueva York, se acerca a la tribuna de oradores y suelta un discurso sobre el calentamiento global que termina con una reflexión: “Nosotros al menos tuvimos al asteroide. ¿Cuál es vuestra excusa para la extinción?”. El Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) les había contactado con un brief tan nítido como terrorífico: alertar sobre las consecuencias del cambio climático. “Lo primero que pensamos fue: si la ONU está traspasando la barrera política para tratar este tema es que el problema es más grave de lo que creemos”. Y su segundo pensamiento fue: ¿cómo impactar a la gente con un tema que provoca tanta indiferencia? Se les ocurrió un outsider que observase cómo nos estamos cargando el planeta y dijese en alto: “Estáis puto locos”. Así nació el dinosaurio Frankie. La pieza fue traducida a 35 idiomas, locutada por el actor de Juego de tronos Nikolaj Coster-Waldau; escrita por David Litt, exredactor de los discursos de Obama, e incluso bendecida por el Papa.
“Hay un falso mito de la sostenibilidad que nos hace sentir culpables del cambio climático porque no reciclamos, no tenemos un coche eléctrico”, recuerda Conde, “pero el principal problema son los combustibles fósiles. Los países gastan más de 300 millones de euros al año en subsidiarlos. Conseguimos que una campaña señalase el origen del problema y exculpase a los ciudadanos. El mundo entero habló de eso. Ese es el sentido de la creatividad”.