Tres años después, rodeado de todos los comisarios del cuerpo, Josep Lluís Trapero ha comparecido este viernes en su primera rueda de prensa restituido como jefe de los Mossos d’Esquadra. Tras dar las gracias a los tres responsables que ha tenido la policía catalana en este tiempo, Trapero ha hecho autocrítica. “Todos lo pudimos hacer mejor, yo el primero”, ha asegurado sobre su papel durante los días críticos de octubre de 2017, con la celebración del referéndum ilegal en el que se enemistó con los mandos enviados desde Madrid al entender que era una injerencia en sus competencias policiales. “Mi defensa del cuerpo no fue bien entendida y yo no ayudé a que se entendiese bien”, ha insistido, y ha afirmado que trabajará para que no vuelva a pasar.
Trapero ha abordado directamente uno de los temas que más preocupa de su regrese a la primera línea: las relaciones con el resto de cuerpos policiales y con las instituciones del Gobierno central. “Me he puesto en contacto con el general de la Guardia Civil, con el comisario jefe de la Policía en Cataluña, con los directores adjuntos operativos en Madrid… Y me he encontrado la mejor de las respuestas”, ha explicado. A preguntas de los periodistas, ha repetido la misma idea: “Vuelvo con la mejor de las voluntades, desde la humildad, con el brazo tendido”. También ha asegurado que no tendrá “ningún inconveniente” si se encuentra con los mandos de la Guardia Civil que le investigaron, aunque, ha dicho, por rango no formará parte de sus responsabilidades relacionarse con ellos.
Estos tres años de travesía judicial, ha dicho, le han servido “para reflexionar, pensar y crecer en el ámbito personal”. Sí ha admitido que tuvo “dudas” de si aceptar su restitución al frente de los Mossos. Además de escuchar a su familia, quiso aclarar con el consejero del Interior, Miquel Sàmper, el papel de la policía, de dependencia judicial, y el de los políticos. “Ahora aún está más claro”, ha dicho. “Este cuerpo es parte de mi vida, tengo mucho por hacer y me he sentido acompañado en la decisión”, ha concluido, sobre los motivos de su regreso. “Sumo más que resto”, ha dicho.
Antes de la rueda de prensa, Trapero se ha reunido con los mandos del cuerpo en la sede central de Egara, en Sabadell. “Está cambiado, más humano”, han asegurado algunos de los asistentes. Fuentes cercanas al mayor aseguran que los tres años de proceso judicial por el que le pedían 10 años de cárcel lo han cambiado, limando las asperezas de su carácter. En la reunión, también ha intervenido brevemente el que ha sido durante un año y medio comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent. “Está afectado”, aseguran algunos de los mandos que le han escuchado.
Sallent fue cesado este jueves por parte del consejero de Interior Miquel Sàmper, que ha insistido en que no fue una destitución querida, sino obligada por la obligada restitución de Trapero tras su absolución por parte de la Audiencia Nacional. Impertérrito, en la primera fila con el resto de la todavía actual cúpula, Sallent no ha intervenido en ningún momento ante los medios de comunicación y se ha marchado enseguida que ha terminado la rueda de prensa. Todavía no se ha decidido cuál será el nuevo destino del comisario. Trapero tampoco ha detallado cómo será la nueva cúpula que diseñará, pero sí ha mencionado a los comisarios Ferran López, que le sucedió con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, Miquel Esquius, que fue el siguiente comisario jefe, y Joan Carles Molinero, que también ha estado a su lado los últimos años. “Son personas formadas y buenos profesionales. Tendrán un lugar en la estructura donde sus potencialidades se puedan desarrollar”, ha dicho.
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