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Tras el globo chino, el misterio de los ovnis

EL PAÍS

Un radar estadounidense detectó el sábado una anomalía en Montana (en el norte de EE UU). La autoridad aeronáutica, la FAA, cerró el espacio aéreo en torno a Havre, cerca de la frontera con Canadá, por causas relacionadas con la defensa. El congresista republicano Matt Rosendale afirmó en su cuenta de Twitter que estaba en contacto directo con los mandos militares y que había otro objeto volante no identificado. Los cazas salieron a investigar y no encontraron nada. Falsa alarma. Sin embargo, este domingo los radares detectaron otra señal sobre el lago Hurón. Los cazas se movilizaron y neutralizaron un nuevo objeto volante no identificado, que se suma a los derribados el viernes y el sábado por misiles estadounidenses, uno en aguas de Alaska y otro en la región del Yukón, en Canadá, tres sucesos envueltos hasta ahora en el misterio.

La detección y derribo de esos tres objetos llega, además, la semana siguiente a que un globo chino cruzase Estados Unidos a gran altitud. Según el Departamento de Estado, ese globo iba equipado con antenas capaces de detectar e interceptar señales de comunicaciones y otros instrumentos impropios del carácter civil de globo meteorológico que le atribuye China. Washington sostiene que el globo forma parte de un programa de espionaje chino que ha sobrevolado más de 40 países en los cinco continentes. El incidente ha elevado la tensión diplomática entre las dos superpotencias.

Sobre los objetos de Alaska y el Yukón persisten los interrogantes. Del primero, la Casa Blanca dijo que era del tamaño de un coche pequeño (mucho más pequeño que el globo chino, que equivaldría a varios autobuses) y que volaba a una altitud de unos 40.000 pies (algo más de 12.000 metros). No representaba una amenaza militar, según el Pentágono, pero sí un riesgo para el tráfico aéreo, pues los aviones comerciales suelen tener una altitud de crucero de 40.000 a 45.000 pies. Se detectó el jueves y lo derribó el viernes un F-22 con un misil AIM-9X Sidewinder por orden del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Los restos cayeron sobre las aguas congeladas. Encontrar los restos de un objeto del tamaño de un coche derribado por un misil de corto alcance a 12.000 metros de altura sobre el hielo marino del norte de Alaska, en medio de la nieve y de temperaturas muchos grados centígrados bajo cero, no está siendo tarea sencilla. Por ahora, el Pentágono no sabe ni sus capacidades, ni su origen, ni su propósito.

El objeto derribado sobre el noroeste del Yukón fue detectado el viernes por el mando conjunto aéreo norteamericano, que coordina las fuerzas aéreas de Canadá y Estados Unidos en la región. Lo derribó otro F-22 estadounidense por orden del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que antes había hablado con Biden. La ministra de Defensa canadiense, Anita Anand, dijo el sábado que se parecía más al globo chino, pero que era más pequeño y de forma cilíndrica. Tampoco se sabe su origen, capacidades y propósito, aunque los cazas que siguieron su trayectoria tuvieron más tiempo para observarlo. Los restos cayeron en una zona remota y escarpada y las tareas de recuperación están también en marcha.

FANI en lugar de ovni

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El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, dijo este domingo que había hablado con Biden y que se cree que eran globos, pero mucho más pequeño que el chino.

Del tercer objeto, el derribado este domingo sobre el lago Hurón, apenas había ayer por la tarde información oficial, pero varios congresistas que habían estado en contacto con el Departamento de Defensa informaron de la operación.

De los tres, se sabe que eran objetos, que volaban y no están identificados. Encajan, pues, en la definición de ovni. Pero en el imaginario colectivo, la palabra ovni está cargada de connotaciones que remiten a los extraterrestres, así que las autoridades y los grandes medios, por lo general, han evitado unir las siglas, aunque hayan usado cada una de las partes (unidentified flying object, UFO, en inglés).

En parte por esas connotaciones y también para abrir el análisis a otros avistamientos que no son específicamente objetos, ni estrictamente volantes, las autoridades y los científicos han optado por rebautizar a los ovnis como Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP por sus siglas en inglés, FANI en español). El número oficial de FANI registrados, sin embargo, se ha disparado recientemente, según un informe publicado por el Pentágono este mismo año.

En dicho informe se añadían 366 ovnis y demás fenómenos a la lista. De ellos, “más de la mitad presentaban características poco destacables”, según el informe. Son 195 casos que se caracterizaron sobre todo como globos (163), drones (26) y otras perturbaciones como aves, fenómenos meteorológicos o residuos aéreos como bolsas de plástico (6).

Quedan, sin embargo, 171 avistamientos cuya explicación está sin atribuir. La mayoría de los informes de avistamientos proceden de pilotos y operadores de la Armada y las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos que presenciaron los fenómenos en el curso de sus tareas operativas e informaron a través de los canales oficiales. La cadencia reciente (de marzo de 2021 a agosto de 2022) ha sido de un fenómeno no identificado cada dos días, aproximadamente, pero ni se supo de ellos hasta la publicación del informe, ni consta que las fuerzas aéreas trataran de derribarlos.

Algunos de esos fenómenos no caracterizados “parecen haber demostrado características de vuelo o capacidades de rendimiento inusuales y requieren de un análisis más detallado”, indicaba el Pentágono, que hizo pública la versión no confidencial de ese informe remitida al Congreso. Los responsables militares estadounidenses ya decían entonces que continuarían “investigando cualquier evidencia de posible implicación de gobiernos extranjeros en eventos de fenómenos aéreos no identificados”.

Los dos derribos consecutivos de viernes y sábado más las alarmas de Montana y el lago Míchigan abren paso a todo tipo de teorías. El Pentágono asegura que ha aprendido mucho con el seguimiento del globo chino y hay quienes creen que eso puede haber ayudado a interpretar las señales de los radares y responder de forma más rápida, pero el Departamento de Defensa no cree que haya en este caso una relación directa. Cuando le preguntaron por ello el viernes al general de brigada Pat Ryder, portavoz del Pentágono, vino a decir que era “un poco como comparar peras con manzanas”.

Los republicanos han criticado a Biden por dejar cruzar todo el país al globo chino (detectado por primera vez en las islas Aleutianas en Alaska, en el noroeste, y derribado frente a la costa de Carolina del Sur, en el sudeste) en lugar de atacarlo antes, lo que la Casa Blanca justifica en evitar riesgos para la población con la caída de los restos. Esas críticas pueden haber llevado a elevar la guardia o a sobreactuar. “Creo que todos, incluidos los medios de comunicación y el público, estamos muy atentos a los globos en este momento”, señaló Ryder el viernes. Puede que simplemente se esté dando cuenta de incidentes que antes pasaban inadvertidos y que haya una mayor sensibilidad a cualquier señal detectada en los radares. El portavoz de seguridad nacional, John Kirby, dijo que se había derribado el objeto sobre Alaska en un alarde de prudencia.

Y, por supuesto, están las teorías conspiratorias, por ahora circunscritas a memes y las redes sociales, que siempre aparecen con la palabra ovni: han llegado los extraterrestres. UFO se convirtió en tendencia destacada en Twitter antes de ser arrasada por la Super Bowl.

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