Gemma Santana, integrante del colectivo ‘Sélvame del Tren’, habló en ‘Aristegui en Vivo’ sobre los “preocupantes” detalles detrás el controvertido megaproyecto ferroviario del Tren Maya, que atravesará la Península de Yucatán. El proyecto, que se respalda en impulsar la conectividad y el desarrollo en la región, se ha visto sumido en un mar de críticas por su impacto ambiental, social y legal.
Santana denunció que, además de que el costo del proyecto se ha triplicado de su presupuesto inicial, no está completamente listo, por lo que la inauguración que tuvo la semana pasada fue solo “un avance”. Según compartió, el Gobierno ha ignorado más de 50 amparos y suspensiones definitivas en contra del proyecto, la mayoría en el tramo 5, el cuál no fue inaugurado y no se ha finalizado aún.
El colectivo, que se formó ante la inquietud de que el Tren atravesará áreas de vital importancia ecológica, principalmente acuífera, denuncia además que han sido tildados de “pseudoambientalistas” por la actual administración por oponerse a las formas en que se está desarrollando el proyecto. “Somos personas que estamos participando en la lucha para que este proyecto se hagan bien“, respondió.
El principal problema planteado por ‘Sélvame del Tren’ radica en la vulnerabilidad de los ecosistemas y la amenaza de desabastecimiento de agua en la península. “Toda la península de Yucatán corre el riesgo de quedarse sin agua en menos de ocho años“, alertó Santana, destacando que la construcción ya está causando estragos ambientales como oxidación, derivada del uso de metal para los pilotes sobre los que se erigirá el tren.
Ante la inacción del Estado en “cumplir sus propias leyes”, el colectivo ha solicitado apoyo a la Comisión Interamericana por múltiples “violaciones a los derechos humanos y leyes ambientales”, siendo los principales afectados las comunidades indígenas, cuya subsistencia depende del agua del subsuelo de la Península de Yucatán que está siendo contaminada.
Según destacó Santana, el daño no se limite al tren, ya que se extiende gracias a la lotificación de sus inmediaciones para la construcción de otros proyectos de infraestructura, entre los que hay hoteles construidos por la SEDENA, cinco de ellos sin permisos, que amenazan la biosfera de Calakmul, donde se están construyendo actualmente.
Esta expansión representa “una amenaza” no solo para los ecosistemas, sino para “la ley” y las personas, ya que según añadió, el suelo sobre el que se construye el Tren es comparable con pasarlo “por un queso gruyere”, en referencia a la fragilidad del entorno.
Finalmente, Santana expresó su preocupación por la falta de transparencia y estudios adecuados en la ejecución del proyecto, denunciando improvisación en los estudios geológicos además del saqueo de piezas arqueológicas que han alarmado a expertos y a la comunidad.
Ve aquí la entrevista completa:
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