Tres hombres han sido acusados por la muerte a golpes del famoso mafioso James Whitey Bulger en 2018 cuando se hallaba en prisión, según ha informado el Departamento de Justicia. Bulger era el padrino de la mafia irlandesa del sur de Boston e inspiró el personaje de Frank Costello, que interpretaba Jack Nicholson en la película Infiltrados. Fue confidente del FBI a la vez que gánster. De los tres acusados ahora, dos lo están por la ejecución material del asesinato.
En las décadas de los 70 y de los 80 del pasado siglo, Bulger dominó la mafia de Boston de modo implacable. Fue condenado a cadena perpetua en agosto de 2013. Se le consideró culpable de 31 delitos de extorsión, lavado de dinero, tráfico de drogas, tenencia de armas, pertenencia a crimen organizado y otros crímenes, entre los que se incluían 11 asesinatos.
En 1974, Bulger llegó a un trato con la Oficina Federal de Investigación (FBI) que se sospecha que fue el que acabó costándole la vida en prisión. Se convirtió en soplón. Entregaba información sobre sus rivales en la mafia italiana y, a cambio, él lograba cierta impunidad para sus fechorías, un trato que posteriormente sería muy criticado. El acuerdo se mantuvo durante años hasta que el FBI cambió de criterio y se disponía a detenerlo en la Navidad de 1994. Bulger logró escaparse con su mujer gracias al soplo de un agente retirado que era su amigo desde la infancia. Estuvo fugado 16 años, de ellos 12 como uno de los 10 fugitivos más buscados por el FBI. Fue detenido en junio de 2010 Santa Mónica tras ser identificada su mujer por una informante, a la que The Boston Globe identificó como Anna Björnsdóttir, Miss Islandia 1974, una exmodelo y actriz que era su vecina.
Tras ser condenado, cumplió la primera parte de su condena en una prisión de Florida. En noviembre de 2018, se le trasladó a la Penitenciaría de Hazleton, en Bruceton Mills (Virginia Occidental), en la que ingresó en silla de ruedas. No sobrevivió a su primera noche.
Pese a que no podía caminar y había sufrido numerosos infartos las autoridades cambiaron su clasificación médica, indicando que su salud había mejorado, lo que allanó el camino para su traslado a Hazelton. Además, le ingresaron junto con el resto de los presos, cuando hasta entonces había sido recluido en unidades designadas para reclusos como informantes o pedófilos que se consideraba que necesitaban protección frente a los otros reclusos. Tras la muerte del mafioso, su familia demandó al Gobierno.
Los tres acusados
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Fotios Geas, también conocido como Freddy, de 55 años, Paul J. DeCologero, también conocido como Pauly, de 48 años, que estaban también presos en la misma cárcel, son los que están acusados de golpear a Bulger en la cabeza en múltiples ocasiones hasta causarle la muerte. Sean McKinnon, de 36 años, otro recluso, está acusado de conspiración para cometer un asesinato en primer grado junto a Geas y DeCologero. El Departamento de Justicia no ha precisado qué participación le atribuye en el crimen.
Geas sigue encarcelado en Hazelton cumpliendo cadena perpetua por otro ajuste de cuentas entre mafiosos y además se enfrenta a otro cargo por el asesinato de un preso federal que también cumplía cadena perpetua. DeCologero ya no está recluido allí sino en otra prisión federal. McKinnon se enfrenta a otro cargo por hacer declaraciones falsas a un agente federal. McKinnon estaba en libertad supervisada federal en el momento de la acusación y ha sido detenido este jueves en Florida.
Las cámaras de seguridad captaron las imágenes de Geas y DeCologero. Los golpes dejaron a Bulger irreconocible, con los ojos casi arrancados y golpes por toda la cabeza. Dada la prueba de las imágenes, se pensaba que su acusación llegaría pronto. Han pasado cerca de cuatro años, sin embargo, hasta que la fiscalía les ha acusado.
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