Tres periodistas rusas conocidas por sus posiciones contrarias a las autoridades de Moscú fueron presuntamente envenenadas en Alemania, la República Checa y Georgia, según una investigación del medio opositor ruso The Insider que publica el semanario alemán Der Spiegel.
El medio ruso de investigación periodística afín a la oposición y proscrito en Rusia asegura que confirmaron los hechos diversos expertos, entre ellos un médico que ayudó a salvar la vida del líder opositor Alexei Navalni, tratado en un hospital de Berlín en 2020 tras habérsele encontrado restos de un agente nervioso de la familia “Novichok”.
El primer caso de presunto envenenamiento es el de la periodista Jelena Kostjutschenko, quien publicó en 2022 los resultados de una investigación sobre el comportamiento de tropas rusas en Ucrania que apuntaban a la perpetración de genocidio.
Kostjutschenko fue alertada por sus jefes de que no debía regresar a Moscú, se trasladó a Berlín y comenzó a trabajar en la capital alemana para el medio opositor “Meduza”, que había trasladado su sede a Letonia. En octubre de 2022, de regreso de Ucrania, se sintió mal.
Tras unos primeros análisis no se pudo determinar la causa de los síntomas que mostraba y The Insider asegura que médicos y especialistas en envenenamiento los vincularon con un agente externo. Aunque la investigación sobre el caso fue archivada por las autoridades alemanas el pasado mayo se reabrió.
El segundo caso es el de Natalija Arno, presidenta de la Fundación Rusia Libre, que apoya las sanciones en contra del régimen del presidente ruso, Vladímir Putin. Arno participó en mayo de este año en un acto en Praga tras el que comenzó a sentirse mal y decidió volar inmediatamente de regreso a Washington, donde reside.
Allí fue sometida a diversos análisis y se ha abierto una investigación y sus médicos aseguran, según The Insider, que fue envenenada con una sustancia neurotóxica, aunque no hicieron públicos detalles.
El tercer caso es el de la periodista Irina Bablojan, del medio ruso “Eco Moscú”, quien viajó a Tiflis, la capital georgiana, en octubre de 2022. Allí experimentó diversos síntomas en varias partes del cuerpo y expertos consultados por The Insider aseguran que son compatibles con un envenenamiento y lo comparan con el caso de Kostjutschenko.
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