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Trucos de magia sencillos que hasta un niño puede aprender

La magia es una forma única de entretenimiento. Puede llegar a ser tan sorprendente que te pueden hacer creer en lo imposible, poniendo en duda todas las leyes de la física que rigen el mundo. Por desgracia, la magia no está al alcance de todo el mundo, y hay que dedicar muchas horas para aprender. Como en todo, hay niveles de dificultad. Hay trucos de magia que requieren de una gran habilidad y práctica. Pero por suerte, hay otros que son más sencillos. Aquí tienes algunos ejemplos fáciles de aprender con los que poder convertirte en un mago improvisado.

El truco de la moneda

Es fácil y sencillo y dejará con cara de asombro a todos los presentes. Lo único que necesitamos es un poco de habilidad con los dedos. La moneda queda escondida detrás de nuestra palma, por lo que lo único que tenemos que hacer es simular la posición que creen que tiene la moneda. Juega sobre todo con la visión que tiene el espectador y dónde tiene que mirar.

La carta guía

Las barajas de cartas son esenciales para un mago, y más para uno novato. El truco de la carta guía es la base para otros muchos trucos de magia. Lo único que tenemos que hacer es saber qué carta va a ser la que nos diga la que tenemos que adivinar. Una vez que lo sepamos, tan solo tenemos que pedir que escojan una al azar y la vean, para después colocarla de nuevo. Entremedias podemos mezclar las cartas e incluso pedir a alguien del público que lo haga por nosotros. Pero mucho cuidado, porque si mezclan más de la cuenta, puede que la carta guía se separa de la seleccionada.

Adivinar el número

Las matemáticas nos pueden ayudar con los trucos de magia más sencillos

Este truco es pura matemática, y funciona con los más pequeños. Se trata de adivinar el número que el niño tiene en la mente. Para ello, necesitamos que piense en un número del 1 al 10, y le indicaremos sumas y restas aleatorias. Una vez esté pensando únicamente en sumar y restar correctamente, le pediremos que reste el número que había pensado al principio. Si nosotros hemos llevado la cuenta, podremos adivinar el último número en el que está pensando.

Es decir, pedimos que piense el número X. Una vez lo tenga, tiene que sumar 8, restarle 3, sumarle 5 y restar 1. El número que tendrá en su cabeza será 8-3+5-1+X = 9+X. Por último, tenemos que pedir que reste el número iniciar, por lo que eliminaremos la X del problema. “El número en el que pensabas es 9”.


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