WASHINGTON, DC – El presidente Donald Trump aseguró este viernes que su intervención en el conflicto entre China y Hong Kong ha evitado “miles de muertos” en las protestas en ese territorio autónomo asiático.
“Si no fuera por mí, miles de personas habrían muerto en Hong Kong”, señaló Trump en declaraciones al programa de televisión “Fox&Friends”, de la popular cadena estadounidense Fox.
Trump explicó que China “tiene un millón de soldados parados fuera de Hong Kong que no van a entrar solo porque” él les “pide que por favor no lo hagan”.
“Tendría un tremendo impacto negativo en el acuerdo comercial. Y (el presidente chino) Xi (Jinping) quiere hacer un trato comercial”, agregó Trump, que dijo que el mandatario es “increíble”.
Sin embargo, Trump mostró por partes iguales su apoyo a la libertad de Hong Kong y a Pekín y abogó por una pronta resolución de la situación.
Estas declaraciones llegan después de que el Congreso estadounidense aprobase un proyecto de ley que daría poderes al gobierno de Trump para sancionar a funcionarios chinos que considere responsables de la represión de las protestas en Hong Kong, una medida que no ha sentado bien en Pekín.
Preguntado sobre si vetará o no esa legislación, Trump no dio una respuesta clara al respecto.
La ley requeriría que Washington evaluara si los acontecimientos en Hong Kong ameritan un cambio en el estatus de preferencia comercial de que ahora goza, y contemplaría sanciones contra funcionarios chinos responsables de violaciones a los derechos humanos como detenciones arbitrarias, torturas, confesiones forzadas o entregas extrajudiciales, entre otras.
China considera que la aprobación de la ley expone a las claras “la agenda política oculta de Estados Unidos” al enmascarar “criminales” como defensores de los derechos humanos y la democracia, y ha amenazado con “represalias”.
Las manifestaciones en Hong Kong comenzaron en junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición a la cada vez mayor injerencia de Pekín.
Desde hace meses algunos activistas han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía son habituales.